Habrá  que desearle suerte a este talentoso francés, porque se rumora que la firma Schiaparelli está medio “salada”, es decir, que más se tarda un couturier en entrar y hacer todo el papeleo para que le depositen su primera quincena, que en pasar a Recursos Humanos para despedirse. En fin, esperamos que el caso de Bertrand Guyon sea distinto, pues un nombre legendario como el de Schiaparelli no merece estar a la deriva.

Valentino, Christian Lacroix y Givenchy son algunas de las firmas que han visto florecer el talento de este creador quien, recientemente, ha sido nombrado director creativo del mítico sello. Desde mediados de abril los rumores sobre el posible fichaje de Guyon como nuevo “amo y señor” de Schiaparelli no dejaban de sucederse, pero no fue sino hasta hace un par de días cuando la marca confirmó la  incorporación.

Guyon es un reconocido creador que ha trabajado en varias firmas de lujo, y se espera que su primera colección se dé a conocer en el marco de la próxima Semana de la Alta Costura, a realizarse en julio en la capital francesa.

Guyon se hará cargo de las colecciones Haute Couture  y  Prêt-à-porter, y se trasladará al estudio y atelier de la firma –situado en el número 21 de Place Vendôme– de forma inmediata. “Schiaparelli es una casa cautivadora. Siempre me ha fascinado su legado excepcional, su historia brillante y privada, su mundo poético y extravagante, el chic máximo y su eterna creatividad. Es un honor formar parte de Schiaparelli e ir más allá, respetando su legado, al tiempo que busco aportar una visión contemporánea”, pu´ntualizó   Guyon en un comunicado oficial.

Schiaparelli se encontraba a la búsqueda y captura de un nuevo director creativo desde el pasado mes de noviembre, cuando Marco Zanini decidió abandonar su puesto en la firma tras dos temporadas. La última colección de Schiaparelli, desvelada el pasado mes de enero, fue diseñada por un equipo de la casa especialmente seleccionado para la ocasión, y todo parece indicar que la siguiente entrega será muuucho mejor, ¿no es así, querido Bertrand?