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Cuando Gelman leyó poesía en exconvento de Santo Domingo

Agencia Quadratín| El Universal
17:30OAXACA | Miércoles 15 de enero de 2014

REFERENCIA. "Gelman es un niño travieso que pone canicas en el sueño para que los adultos de la casa resbalen", aseguró el poeta César Rito. (Foto: Archivo )

César Rito, poeta oaxaqueño, evoca el recital que ofreció el fallecido escritor argentino durante el Coloquio Internacional de Poetas del Mundo Latino en 1999

Eran los días de otoño de 1999. A la ciudad de Oaxaca arribaron los asistentes al Coloquio Internacional de Poetas del Mundo Latino.

Entre ellos se encontraba "El poeta de los ojos tristes", como definió el diario español El País, al argentino Juan Gelman.

Gelman (1930), quien falleció este martes en la Ciudad de México, a donde llegó exiliado en tiempo de la dictadura militar en Argentina en los años setenta, leyó su poesía aquella vez en el auditorio del Centro Cultural Santo Domingo.

Con una voz queda, casi inaudible, que obligó al público a guardar un necesario y absoluto silencio, el poeta argentino leyó unos versos dedicados a su nieta Macarena, recuerda César Rito Salinas, poeta oaxaqueño.

"Recuerdo su voz, llegaba desde muy lejos. Casi no se le escuchaba en la mesa. Si, leyó algo de su nieta extraviada en la noche de los militares de su país", expresa el autor originario de Tehuantepec, quien compartió aquella lectura con Gelman.

-¿Qué recuerda de aquella lectura?

-Recuerdo que me sentí en un pozo, hasta el fondo. Leer poemas en los mingitorios del ex convento de Santo Domingo hace que uno mire el mundo de abajo para arriba. Y la poesía pesa.

La referencia a los mingitorios se debe a que el auditorio del ex convento de Santo Domingo ocupa una especie de sótano que los monjes dominicos utilizaban originalmente como letrinas.

Y agrega César Rito: "Yo venía de un mundo marinero y municipal. Gelman era un príncipe".

Recuerdo que lo primero que hizo cuando llegó a la mesa de lectura fue quitarse el reloj pulsera, dejarlo junto a su desvalida persona, mirar a su izquierda y a su derecha.

"Sin decir nada todos los poetas de la mesa entendimos que era un príncipe que respetaba el tiempo de los demás".

Los poetas leyeron sus trabajos por espacio de diez minutos de tiempo, quien se pasaba de ese rango era mal visto, repudiado.

"Como homenaje, como dicha, como asunto cordial, el último lector de la mesa era Juan Gelman", rememora el poeta istmeño quien expresa su dolor por la muerte del argentino, ganador del Premio Cervantes de Literatura 2007.

-¿Cuál era la singularidad de la poesía de Gelman?

-Se me hace que ante su poesía siempre veía de abajo para arriba, como pidiendo permiso siempre para sacar su palabra. Santo Domingo era el espacio de Gelman; el auditorio donde meaban los monjes.

"Gelman era un niño travieso que pone canicas en el sueño para que los adultos de la casa resbalen".

Aquel octubre de 1999, Juan Gelman leyó en Oaxaca: "Un niño hunde la mano en su fiebre y saca astros que tira al aire / y ninguno ve yo tampoco los veo / yo sólo veo un niño con fiebre que tiene los ojos cerrados y ve animalitos que pasan por el cielo pacen en su temblor, yo no veo esos animalitos / yo veo al niño que ve animalitos y me pregunto por qué esto pasa hoy".

La viuda del poeta Juan Gelman, Mara Lamadrid, recibe el pésame en un velatorio de la Ciudad de México, a donde han acudido artistas e intelectuales a rendirle tributo.

De acuerdo con el periódico El Universal, los restos del escritor serán cremados este jueves al mediodía, una vez que arribe a México su nieta Macarena (en la foto con su abuelo), sobreviviente luego de que sus padres, hijo y nuera de Gelman, fueran asesinados durante la dictadura argentina.

 

rqm



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