Menos el Nobel, Juan Gelman recibió todos los premios que un escritor y poeta de habla hispana aspira a recibir en vida. Pero ninguno de esos premios fue tan importante para él, que el que recibió el 31 de marzo de 2000, cuando en una reunión con el entonces presidente del Uruguay, Jorge Batlle, se enteró de que habían identificado a su nieta nacida en cautiverio, durante la última dictadura militar argentina.

La había buscado incansablemente desde 1976, igual que a sus hijos, Nora Eva, y Marcelo Ariel, y a su nuera, María Claudia Irurueta Goyena, quien al ser secuestrada estaba embarazada de seis meses.

Primero desde su forzado exilio europeo o mexicano, y después sobre el terreno de los hechos, en Argentina, a partir de 1988, cuando la Justicia le permitió regresar al país y en Uruguay.

El 26 de agosto de 1976 los tres habían sido secuestrados por grupos paramilitares. Dos años después, el poeta supo que su nuera había dado a luz, pero desconocía por completo el lugar y el sexo de la criatura.

La pelea de Gelman por conocer el paradero de sus seres queridos marcó a fuego su vida y tal vez le dibujó ese dejo de tristeza crónica que cargaba con sus versos. En 1990, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), había logrado identificar los restos de Marcelo Ariel Gelman, en la localidad bonaerense de San Fernando, dentro de un tambor de cemento.

El estudio había determinado que el joven de 20 años había sido ejecutado con un tiro en la nuca. A partir de entonces, la búsqueda se centró en saber cuál había sido la suerte de su nuera y de su nieta.

Buceó en archivos, se apoyó en los organismos de derechos humanos y entrevistó a dignatarios y presidentes en una búsqueda que por momentos parecía imposible. Siempre con la inconmensurable ayuda de su segunda esposa, Mara Lamadrid. Así fue que en 1988 logró confirmar que María Claudia Irurueta Goyena había dado a luz en Uruguay, a donde había sido trasladada en el marco del Plan Cóndor, que las dictadura sudamericanas habían instrumentado para cazar a militantes políticos sin importar las fronteras.

Supo también, gracias al testimonio de sobrevivientes, que su nieta había nacido en el hospital Militar de Montevideo, y que María Claudia había sido mantenida con vida hasta poco tiempo después. Fue entonces que Gelman intentó profundizar sus investigaciones en Uruguay, pero el presidente José María Sanguinetti (1995-2000) se opuso una y otra vez. Poco le importaba al gobierno uruguayo que figuras como Gunter Grass, Dario Fo, Eduardo Galeano o José Saramago le pidieran por Gelman y su nieta. Fue recién que asumió el presidente Jorge Batlle cuando todo se comenzó a activar.

En medio de aquella batalla, Gelman publica la "Carta Abierta a mi Nieto". Lo hace en el semanario Brecha. "Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos, como tus padres que no fueron. No se si sos varón o mujer, sé que naciste...." En esa misiva le decía que la quería encontrar para "reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mi lo que de tu padre tengo. Los dos somos huérfanos de él...."

Andrea era el nombre que sus padres pensaban ponerle al nacer y con ese nombre la buscó su abuelo por años. Aquel 31 de marzo de 2000, Gelman se encontraba desde hacía 24 horas en Montevideo, para acudir a una cita con Batlle. Se encontraron en el despacho presidencial.
Midieron sus diferencias ideológicas con el respeto que necesitaba la ocasión, intercambiaron información y al salir de la reunión el poeta, visiblemente emocionado, declaró: "Hace mucho que estoy en la búsqueda de mi nieta. El presidente Batlle ha demostrado gran sensibilidad. En una entrevista intercambiamos información y he confirmado que la persona que busco ha nacido en el Uruguay, que está en el Uruguay y que es querida por sus padres. Y hasta aquí llego, porque quiero preservar la intimidad de esta persona".

Después vino el ansiado encuentro emocionado y la decisión de María Macarena Gelman García, tal el nombre que adoptó al conocer su nueva identidad, de conocer toda la verdad y recuperar su historia.

Comenzaron juntos a trabajar una relación personal que no fue fácil, pero que en los últimos años había alcanzado niveles importantes, según allegados al escritor. Accionaron juntos contra el Estado Uruguayo ante los organismos internacionales y interpusieron un recurso ante la Corte Suprema de Justicia de Uruguay para que se investigue el caso de su madre.

Ayer, ella viajó de urgencia a México para participar de las exequias de su abuelo. Ese hombre del verso a flor de piel y de la voluntad incasable que tuvo en ella, el mejor premio que le dio una vida cargada de sinsabores.

cvtp