El machismo, la violencia, la denigración moral y la falta de valores solidarios caracterizan a la serie de televisión El Chavo del 8 , creada en 1971 por el escritor y productor mexicano Roberto Gómez Bolaños, afirmó Raúl Rojas Soriano.

"Las situaciones que ocurren entre los personajes podrían parecer chistosas, pero en realidad son un reflejo grave de la sociedad y el programa no aporta soluciones para mejorar la vida social de los habitantes de una vecindad, al contrario, se les denigra más y más" , añadió.

El doctor en sociología y profesor-investigador titular definitivo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) opinó que la comedia de situación televisiva, que a cuatro décadas de su estreno aún se retransmite en México y varios países de América Latina, carece de valores sustanciales para mejorar la convivencia social y humana.

"Los gestos y ademanes de ‘Quico' son chistosos y ha ganado fama en toda América, pero es un personaje que ejerce violencia psicológica contra El Chavo al recalcarle su condición de niño huérfano" .

El televidente, dice, lo puede ver como algo natural, "pero es tan terrible como cuando el resto de los personajes denigran a personas obesas como el ‘Señor Barriga' y ‘Ñoño'.

"También a los de la tercera edad, caso particular de ‘Doña Clotilde', mujer despreciada por ‘Don Ramón' y a quien el resto de los habitantes la llaman ‘La bruja del 71'; aunado a esto, existe un claro machismo ", sostuvo.

El Chavo del 8 es un programa que expone el acontecer de los habitantes en una vecindad en México. Su protagonista es  El Chavo , un niño huérfano que duerme en un barril.

Originalmente, fue dirigido al público adulto, pero después llamó la atención de los niños. Gómez Bolaños (El Chavo), Florinda Meza (Doña Florinda/La Popis), Carlos Villagrán (Quico), Ramón Valdés (Don Ramón), María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), Rubén Aguirre (Profesor Jirafales) y Édgar Vivar (Señor Barriga/Ñoño), forman parte del elenco principal.

Autor de 22 libros sobre Metodología de la Investigación, Educación y Salud, explicó que la realidad cotidiana de dichos personajes, los cuales son de escasos recursos, trasciende los muros porque retrata la misma problemática de otras vecindades.

"Pero en lugar de dar un ejemplo, de generar conciencia y solidarizarse para mejorar sus condiciones de vida, todos se atacan verbal o psicológicamente, incluso al propio Estado, pues ‘Don Ramón' asegura que no encuentra empleo porque no hay en ningún lado, es una crítica sutil, pero duele ", aseguró el experto.

El Chavo del 8 , subrayó, surge en una década complicada para América Latina, llena de convulsiones sociales en Chile, Argentina, Uruguay y otros países donde se instauraron las dictaduras.

"La gente se refugiaba en sus hogares y a través de la serie reflejaba sus problemas cotidianos, pero siempre con una actitud pesimista, porque así lo expresan los personajes. También recurrían a ella como punto de distracción para olvidar el ajetreo diario y la crisis económica ", indicó. Soriano, quien en la década de los 80 fue presidente del Colegio de Sociólogos de México, A. C., y ha impartido conferencias en más de cien universidades mexicanas y extranjeras, aplaudió que hoy en día, a través de la serie  El chavo animado, se promuevan cosas positivas como la práctica del ejercicio, mejores hábitos alimenticios y un trato respetuoso hacia todo tipo de personas.

"Es una manera de reinvindicarse, de corregir lo que en un principio se hizo mal, lástima que ya no pueda hacerse lo mismo con el elenco original, porque hasta terminaron en pleito ", subrayó.

Sobre el lenguaje coloquial de la serie y que hoy en día sigue siendo adoptado por los televidentes, el sociólogo señaló que responde a una pobreza cultural que caracteriza a América Latina.

"Son modelos que nos inculcaron, que nos impusieron por distintos medios o la convivencia cotidiana de frases ya hechas. Ojalá la gente reflexionara y comenzara a construir sus propios escenarios y frases que realmente tengan sentido", puntualizó.

rad