El presidente Nicolas Sarkozy sostuvo que el mundo "estuvo al borde de la catástrofe", por lo que los sistemas financieros y monetarios deben ser reformados al igual que ocurrió a fines de la segunda Guerra Mundial.

Sarkozy sostuvo que el crecimiento económico francés, el empleo y su poder adquisitivo se verán afectados por la crisis. Empero, quiso asegurar a sus compatriotas que no serán olvidados.

El mandatario dijo el jueves que los bancos franceses seguramente podrán capear la crisis. En cualquier caso, insistió que ningún ahorrador perderá un solo centavo porque el estado garantizará la solvencia de los bancos franceses.

Sarkozy indicó que, pese al sombrío panorama, no impondrá un plan de austeridad.

Sin embargo, los ejecutivos de la industria quizá sientan la contracción. Sarkozy advirtió que su salario podrá ser reducido por una ley que establezca "prácticas aceptables".

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