MADRID.— El anuncio del rey y jefe del Estado español, Juan Carlos de Borbón, de que abdica en favor de su hijo Felipe, provocó ayer que algunos partidos de izquierda, crecidos tras el buen resultado electoral obtenido en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, dieran un paso al frente y pidieran de nuevo la celebración de un referéndum de manera urgente para que sean los ciudadanos los que elijan entre monarquía y república. Una propuesta hasta hace algunos años impensable en la joven historia de la democracia española, pero a la que se ha llegado tras los escándalos protagonizados por algunos miembros de la familia real, incluido el propio rey, y la desafección de los ciudadanos hacia una institución como la monarquía.

“Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera”, dijo el monarca, de 76 años, en un mensaje a la nación emitido por la televisión pública. “Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista”. El príncipe Felipe “encarna la estabilidad”, dijo de su hijo, de 46 años. “Tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesario para asumir la jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza”.

El rey presentó ayer su renuncia al presidente del gobierno, Mariano Rajoy. Pero la proclamación de Felipe VI tardará aún unos días en llegar porque la abdicación no está regulada en España.

Los dos principales partidos políticos: el gobernante Partido Popular (PP), que preside el conservador Rajoy, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) quieren que Felipe de Borbón, hijo menor del monarca y sucesor al trono, sea coronado cuanto antes y que el relevo sea tranquilo.

Sin embargo, el trámite no parece tranquilo, como lo demostraron ayer las miles de personas que se manifestaron en 50 ciudades españolas convocados por los partidos de izquierda, para exigir la realización de un referéndum en el que se pregunte a los españoles si prefieren una monarquía o una república.

Con gritos de “los Borbones, a los paredones”, “Referéndum ya”, “Mañana España será republicana”, y ondeando cientos de banderas republicanas, miles de personas inundaron la Puerta del Sol de Madrid y las calles aledañas, pero también la plaza del Ayuntamiento de Valencia, la Plaza de Catalunya de Barcelona, y otras plazas de 50 ciudades como Zaragoza, Sevilla, Bilbao, San Sebastián, Santiago de Compostela y Granada —y también europeas, como París, Francia, y Bruselas, Bélgica. En Madrid además, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, anunció que su partido propondrá “un frente amplio que coordine y agrupe a todos los partidos antimonárquicos”.

En los casi 40 años de monarquía parlamentaria no se ha aprobado ninguna ley que regule la sucesión a la Corona. El gobierno de Rajoy debe redactar una ley orgánica que tendrá que ser aprobada por mayoría absoluta (176 votos) en el Congreso de los Diputados y en el Senado.

Una vez aprobada la ley orgánica por las dos cámaras y por mayoría absoluta (con la que cuenta el PP), se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), momento en el que se producirá oficialmente la abdicación. Y luego Felipe de Borbón, que reinará como Felipe VI, será coronado rey en un acto en el que jurará la Constitución durante una sesión conjunta del Congreso y del Senado. Se calcula que España tendrá un nuevo rey a partir del 16 de junio.

Fue Francisco Franco quien antes de su muerte y después de 40 años de encabezar un régimen dictatorial decidiera instaurar la monarquía parlamentaria. El 22 de julio de 1969, cuando el régimen franquista agonizaba, propuso ante las Cortes Españolas a Juan Carlos de Borbón como sucesor en la jefatura del Estado, a título de rey. Aprobada esta designación, el príncipe Juan Carlos fue proclamado oficialmente sucesor. Al día siguiente prestó juramento ante las Cortes y recibió el título de príncipe de España. A partir de entonces ocupó en todos los actos oficiales el puesto inmediato al Jefe del Estado hasta que, tras la muerte del dictador, en 1975, fue proclamado rey de España.

Desde entonces ya han pasado 39 años y la imagen de la monarquía como institución se ha visto seriamente dañada. Ya no sólo no recibe un aprobado de los ciudadanos, sino que la mayoría de los jóvenes cada vez son más partidarios de la República.

Los escándalos de algunos de sus miembros, e incluso del propio rey con su viaje a Botsuana a cazar elefantes, una especie en peligro de extinción, ha tenido mucho que ver en ello. En todos estos años, el PP y el PSOE, pese a todo, han mantenido su apoyo a la monarquía y al rey.

Sin embargo, otras formaciones políticas como Izquierda Unida (IU), Podemos, que en cuatro meses de campaña ha logrado cinco diputados en el Parlamento Europeo, Esquerra Republicana de Catalunya, los ecologistas de Equo, y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), defienden una república e incluso, en el caso de las dos primeras formaciones, han propuesto un referéndum.

Ahora, con la inminente coronación del príncipe Felipe se abrirá la posibilidad de que la monarquía española se modernice, sea más transparente y menos arcaica. Algo que desea la mayoría de los españoles. Si no lo hace, corre el riesgo de desaparecer.

(Con información de agencias)