Juan Villoro es el Messi de la literatura mexicana, el rockstar que reparte autógrafos a los chavos y, sobre todo, a las chavas. Èl mismo es un chavo, porque tiene la energía de escribir cuento, novela, ensayo y artículos periodísticos.

Así describió ayer el periodista Ricardo Rocha al escritor y cronista mexicano Juan Villoro, durante el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural "Fernando Benítez", que le fue ofrecido en una ceremonia que marcó la clausura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

En el acto, donde predominó el buen humor, escritores y periodistas como Sergio González Rodríguez, Ricardo Rocha, René Delgado, Ricardo Cayuela, así como Raúl Padilla, presidente de la FIL Guadalajara, celebraron la riqueza y variedad de la obra del autor de libros como "El testigo" y "Arrecife".

Siempre sonriente y atento a los elogios a su obra y persona, el narrador nacido en la Ciudad de México en 1956 leyó un discurso plagado de humor y anécdotas sobre su trayectoria como periodista. En ese discurso, titulado "El sentido de una vocación. Escribir para Fernando Benítez", evocó su relación con el autor de "Los indios de México", a quien tuvo la suerte de conocer y trabajar con él en el proyecto de un periódico que nunca llegó a realizarse.

En ese texto, Villoro también señaló la importancia que para los políticos debe tener la autocrítica, que es la forma esencial de la cultura: "La cultura es el aire que un país respira y sus noticias vienen de muy lejos: Hace apenas unos meses el epigrafista Guillermo Bernal descifró por entero el Templo de la Inscripciones de Palenque. Se trata de un libro en piedra escrito en el siglo VII. Uno de sus pasajes más notables es una autocrítica del poder; ahí Pakal II señala la importancia que para un mandatario tiene aprender de sus errores. El Templo de las Inscripciones desafía a los políticos que ignoran la autocrítica, forma esencial de la cultura, o a los que ignoran la existencia de al menos tres libros", comentó.

El escritor, que estudió sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana, también lamentó que en 2013 el periodismo parece perder confianza en sus recursos y "acepta la reductora presión de la frivolidad, en "la absurda concepción de los empresarios del gremio de que el lector es alguien que no lee": "Todo buen periodismo es cultural, depende de estar bien escrito y de ofrecer una compleja representación de la realidad", pero actualmente, agregó, el periodismo cultural "limita sus posibilidades ofreciendo un mero eco a la cartelera, a las novedades editoriales y a las declaraciones de los funcionarios del ramo".

Al final, el autor agradeció el reconocimiento que lleva el nombre de Fernando Benítez, su maestro: "Comencé escribiendo para él y nunca dejaré de hacerlo", dijo.

cvtp