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Un periodista debe contar las verdades de los otros: Villoro

Yanet Aguilar Enviada| El Universal
00:05Miércoles 04 de diciembre de 2013

Video. El escritor fue primero cuentista, luego novelista y después entró al periodismo

Siempre ha sido uno de los escritores ms cercanos al pblico; lectores, de todas las edades, van co

AUTOR SOLICITADO. Siempre ha sido uno de los escritores más cercanos al público; lectores, de todas las edades, van con él en busca de un autógrafo. (Foto: ESPERANZA OREA ROMERO / EL UNIVERSAL )

En el marco de la FIL, el escritor, cronista y traductor mexicano recibirá el domingo el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez

yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

GUADALAJARA.- "Hace mucho que no soy joven", dice en algún momento el escritor Juan Villoro. Él mismo asegura que en sus múltiples facetas con la palabra y la escritura es "como esos padres que tienen muchísimos hijos y corren el peligro de olvidarse de sus nombres" porque cultiva la novela, el cuento, el ensayo, la traducción y también el periodismo.

El narrador y cronista, que publica cotidianamente materiales en la prensa sin dejar de escribir ficción, ha cosechado cosas buenas este 2013: ingresará a El Colegio Nacional el 25 de febrero del próximo año mientras que este domingo 8 de diciembre recibirá el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez por la solidez de su obra y trayectoria en el periodismo de México.

"Cuando yo hago periodismo debe haber algo, supongo y espero, de los otros géneros que cultivo, incluyendo la literatura para niños. He visto la literatura desde distintos ángulos, tratando de aprender de todos ellos y evitar así una cosa que a mí me preocupa enormemente, que es la repetición; cuando tú ves que un escritor está ya machaconamente diciendo lo mismo se le ha agotado la fuente. No sé si la dispersión y la variedad me lleven realmente a una versatilidad, pero por lo menos me dificulta más el hecho de repetirme, tentación que todos tenemos", afirma Juan Villoro.

El autor de El testigo, por el que recibió el Premio Herralde de Novela, asegura que es un escritor que depende de la dispersión y de la variedad de los géneros que trabaja. Esa multiplicidad de formas que adquiere su lenguaje encontró su argumento creativo en una declaración que el autor le escuchó una vez al director de orquesta Daniel Barenboim, quien básicamente era director de orquesta pero insistía en dar recitales de piano, conferencias y cursos de música e incluso se dedicaba a componer; cuando alguien le preguntó por qué tocar la música en tantos aspectos si básicamente él era un director, dijo: "Si no conociera la música desde estos distintos ángulos no sería el tipo de director que soy".

Villoro fue primero cuentista, luego novelista y después entró al periodismo. "Lo que yo tuve como primera ilusión en la literatura fue escribir cuentos y curiosamente con el tiempo me fue ganando la curiosidad de salir a la calle, de abandonar la soledad de mi cuarto y acercarme al periodismo".

Supo pronto que el modus vivendi de un escritor es bastante complicado: cuando publicó su primer libro, La noche navegable, en 1980, su editor, Joaquín Diez Canedo, le regaló un billete de lotería y le dijo: "Con este billete tú tienes muchas más posibilidades de ganar algo que con lo que escribes".

Allí surgió el periodismo como oficio y posibilidad de ejercitar distintos recursos, conocer otras áreas de la realidad y tener un trabajo más o menos continuo pero al mismo tiempo también adquirir una buena lección ética.

"Puedes ser un cínico en la literatura y vivir de una manera totalmente arbitraria, impositiva y desagradable y al mismo tiempo ser un artista sublime; en cambio, no puedes ser una pésima persona y ser un buen periodista, tienes que ganarte la confianza de los demás, tener empatía, decir la verdad de los otros; todos son gestos éticos", afirma el escritor, también ganador del Premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España por su crónica titulada "La alfombra roja, el imperio del narcotráfico".

Categoría subjetiva

Juan Villoro trabajó en la redacción de la revista Biblioteca de México, que dirigía Jaime García Terrés; fue jefe de redacción de la revista Pauta, que dirige el compositor Mario Lavista; y director del suplemento La Jornada Semanal, donde aplicó todas las enseñanzas que aprendió de Fernando Benítez en un proyecto editorial que nunca vio la luz.

Villoro es un periodista que conoce la calle, pero no está en el frente de guerra. "Una característica muy marcada en lo que yo hago es que hay muchas opiniones tanto mías como de otras personas, creo que la realidad ocurre dos veces: la primera en el mundo de los hechos, la segunda en las opiniones que tenemos sobre los hechos y que también forman parte de la realidad".

El narrador, que se declara contento por su ingreso a El Colegio Nacional, porque lo pondrá en contacto con la gente y porque significa la entrada de un escritor luego de 19 años, dice que en el periodismo la verdad es esencial.

"Sabemos que la verdad es una categoría subjetiva, depende cómo la percibes, pero creo que lo que debe hacer honestamente el periodista es acercarse a la verdad tal y como él la ve sabiendo que no hay pruebas en contra para eso, es lo más cerca que se puede estar de la verdad y la objetividad", afirma el autor nacido el 24 de septiembre de 1956.

También sabe de qué va a hablar el próximo domingo 8 de diciembre cuando reciba el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez: "Hablaré del periodismo cultural, también de Fernando Benítez y de cómo es que yo entiendo este oficio".



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