En el río revuelto de las movilizaciones y actos vandálicos de algunos grupos por el caso Ayotzinapa, la guerrilla del EPR utiliza el momento para hacer propaganda, y reivindicar una explosión en Soriana de Valle de Aragón, en Ecatepec, ocurrida en martes pasado.

El grupo se ampara en la campaña por la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, hecho ocurrido los días 26 y 27 de septiembre, y que otras presuntas organizaciones clandestinas buscan utilizar como gasolina para tratar de extender el fuego, nos comentan.

Esta guerrilla no había tenido actividades desde 2007, cuando atacó los ductos de Pemex, nos recuerdan.

En el caso de Ecatepec, el EPR hace propaganda porque los peritos de la Procuraduría de Justicia del Estado de México determinaron que la explosión en la tienda departamental fue ocasionada por una acumulación de gas y falta de mantenimiento en las tuberías, nos informan.

El ERPI, por su parte, había enviado comunicado declarando la guerra, no al Estado mexicano, sino al grupo criminal de los Guerreros Unidos, del estado de Guerrero.

Limitadas en los últimos años a ser guerrillas epistolares, la inquietud social latente es tierra fértil para los extremistas que, como los anarquistas, siempre han esperado el momento de la revuelta social para tratar de incendiar el país, nos dicen.