"Dictadura perfecta", la discrepancia entre Llosa y Paz
Legado. Ante estudiantes, académicos y conocedores de la poesía de Paz, sostuvo que su obra 'Las trampas de la fe', está llena de prosa e información histórica que le permitió recrear la vida colonial en México y en las demás colonias españolas en América para describir el contexto de la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz.. (Foto: Jorge Silva/Archivo Reuters )
En el año 1990 Octavio Paz y Mario Vargas Llosa
participaron en un congreso internacional organizado por la revista
"Vuelta", que el propio Paz había fundado, y al que asistieron numerosos
escritores disidentes de otros países. "Durante las conferencias se
había hablado mucho de las dictaduras de la Unión Soviética, de Europa
Central, de América Latina y había un escamoteo tácito del caso
mexicano, que aunque no se podía identificar con las dictaduras
militares de América Latina no era una democracia", recordó ayer Vargas
Llosa. "Así que pedí la palabra y dije que México parecía una dictadura perfecta. Unas declaraciones que a Octavio Paz no le gustaron nada", reconoció ayer durante su intervención en el curso de verano "Cien años de Octavio Paz"
organizado por la Universidad Complutense de Madrid conjuntamente con
la revista Letras Libres y la Cátedra Vargas Llosa, en la localidad de
San Lorenzo de El Escorial, situada a unos 60 kilómetros de Madrid
"México
era una dictadura pero no lo parecía", prosiguió Vargas Llosa. "Era
mucho más inteligente y sutil que las dictaduras típicas porque era un
sistema en el que los presidentes no se quedaban en el poder
eternamente, había partidos de oposición creados por el propio PRI, los
intelectuales trabajaban en cierta forma para el Estado que era
sumamente generoso con ellos y a diferencia de los otros sistemas
dictatoriales mantenían a sus intelectuales a condición de que fuesen
explícitamente disidentes con el sistema. Es decir, el PRI, mucho
más frío e inteligente, sostenía a los intelectuales para que atacaran
al PRI. Y uno podía ser intelectual mexicano de oposición y el PRI lo
nombraba embajador", aseguró.
Sin embargo, al escritor mexicano
aquella afirmación de su entonces amigo y escritor peruano no le gustó.
"Paz lo tomó mal no porque fuera priísta, sino porque quería la democratización de México.
Pero había llegado a la conclusión de que la democratización iba a ser
obra del PRI. Creía que el país estaba internamente en un proceso de
democratización y que la prueba de ello era Salinas de Gortari. Creía
que la izquierda no iba a traer la democratización e iba a remplazar un
sistema autoritario por otro. Por eso le molestaron mis críticas al
PRI".
Pese a las discrepancias, Vargas Llosa pensaba que Paz
"estaba profundamente equivocado", la amistad entre ellos nunca se
rompió "porque Paz siempre fue un hombre muy tolerante y generoso para
las ideas", recordó.
Vargas Llosa lo definió como una persona "muy
consecuente con sus ideas, muy valeroso y muy respetuoso con los que no
pensaban como él y muy firme en sus convicciones democráticas que
defendía siempre en sus escritos". Y contó que no vacilaba en discutir
incluso con escritores muy jóvenes y poco valorados.
Dijo que en
su opinión el Nobel mexicano es "una de las grandes figuras de nuestra
lengua". Y destacó su labor como poeta, ensayista, promotor de cultura a
través de publicaciones, gran prosista, pensador, pero sobre todo su
faceta de crítico literario. "Fue un crítico literario fuera de lo
común, una figura extraordinaria. Pensaba que una actitud crítica
permitían que la literatura y la cultura se renovaran", aseguró. "Y
cuando escribía crítica literaria era cuando se mostraba más original y
creativo". En este sentido destacó su obra "Sor Juana Inés de la Cruz o
las trampas de la fe", un ensayo literario que Vargas Llosa definió como
el "más importante sobre crítica literaria".
El escritor
peruano nacionalizado español también destacó el enorme interés de
Octavio Paz por su país y por América Latina y al mismo tiempo su gran
curiosidad que desbordaba las fronteras. "Las generaciones posteriores
aprendieron de su generación a ver la literatura y la cultura no con
orejeras provinciales, regionales o nacionales, sino de una manera
universal. Y ese interés por lo propio y lo foráneo caracteriza su obra y
está presente en los mejores escritores de nuestra lengua. El leyó y
conoció muy bien la obra de Ortega y Gasset que es una influencia que no
se ha señalado lo suficiente, y que fue un escritor de una curiosidad
universal", aseguró.
Por último y acerca de lo que pensaría el
escritor hoy en día sobre la actual situación de México con el PRI de
nuevo en el poder, prefirió no adivinarlo. "Paz era un intelectual
honesto. Seguramente criticaría lo que hay que criticar y defendería lo
que hay que defender", concluyó.
Al acto estaba prevista la asistencia del escritor Enrique Krauze que iba a inaugurar el curso con un perfil político del escritor mexicano, pero que finalmente no acudió a la cita.