Finalmente en el Congreso se decidieron a investigar qué diablos pasó con Ficrea. Nos aseguran que para muchos es evidente que algunos servidores públicos en el distintas áreas del gobierno -PGR y la Secretaría de Hacienda- voltearon la mirada hacia otro lado, cuando las evidencias de irregularidades fiscales y del manejo discrecional de los ahorros en la sociedad financiera de Rafael Olvera Amezcua saltaban por todos lados.

Había depósitos millonarios de ahorradores que ahora no pueden comprobar sus ingresos, al menos en el terreno fiscal, compras millonarias de casas y autos y un tren de vida propio de magnates en la familia Olvera. Todo eso, nos hacen ver, no quiso ser visto por las autoridades. ¿Omisión o complicidad?

 Pero los legisladores en el Congreso tienen algunas pistas y dudas sobre el manejo de Ficrea. Por ejemplo, nos comentan, la omisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Secretaría de Hacienda en 2013, cuando se realizaron auditorias y se detectaron irregularidades en el manejo de los ahorros, nos dicen.

Las autoridades financieras permitieron, no obstante, que Ficrea siguiera operando y recibiendo miles de millones de pesos en ahorros, hasta llegar a un desfalco o fraude por dos mil 700 millones de pesos, según los datos de la Tercera Comisión de la Permanente, a donde tendrán que comparecer este viernes algunos funcionarios de la CNBV y de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.

 Otra duda de los legisladores es si alguien advirtió, desde la PGR, a Olvera Amezcua que venía una indagatoria encima, el clásico pitazo que le permitió asegurar algunos de sus bienes y, por supuesto, salir volando del territorio nacional, nos hacen notar.