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Entrevista. "Nos activaremos contra traficantes de menores"

David Aponte| El Universal
Miércoles 02 de julio de 2014

Video. El representante de la diplomacia estadounidense toca en conversación con este diario la colaboración bilateral contra los cárteles de la droga y el más reciente caso de los niños migrantes que viajan solos a EU

<b>Entrevista.</b>

OPINIÓN. Hay una visión compartida entre el presidente Obama y el de México que facilita el trabajo entre las naciones, afirma el embajador estadounidense. (Foto: LUCÍA GODÍNEZ / EL UNIVERSAL )

Advierte que su gobierno combatirá a las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de niños migrantes no acompañados por los que llegan a cobrar hasta 7 mil dólares por persona. Asegura que en esta cruzada México, como socio de Estados Unidos, tendrá un papel relevante, no porque sea la fuente del problema, sino porque es parte de la solución a este fenómeno

david.aponte@eluniversal.com.mx

Anthony Wayne recorre por la mañana su despacho en el quinto piso del edificio de Paseo de la Reforma. Detrás de su escritorio hay un gran mapa de la República Mexicana. Al costado izquierdo cuelgan tres camisetas deportivas con su apellido en la espalda, una de la selección nacional de futbol de Estados Unidos con el número 12, otra de beisbol de los Naranjeros de Hermosillo con el 8 y una más del equipo de soccer Real Salt Lake con el 10.

El embajador de Washington está de buen humor y con una sonrisa pronostica que la selección de EU va a ganar 2 a 1 a Bélgica, ojalá fuera 4 a 1, pero 2 a 1 está bien. Pero no ocurrió así. Cosas del futbol.

Wayne está por cumplir tres años al frente de la legación y dice que todavía no se va de México, bueno hasta que la Casa Blanca dé la orden. Vino a territorio mexicano desde Afganistán, en agosto de 2011, para suplir a Carlos Pascual, quien salió del terreno de juego por diferencias con el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien se encargó de hacerlas públicas en una entrevista con EL UNIVERSAL.

El representante de la diplomacia estadounidense toca en conversación con este diario cómo vivió la transición de un gobierno del PAN a uno del PRI; la colaboración bilateral contra los cárteles de la droga y el más reciente caso de los niños migrantes que viajan solos a la Unión Americana. El mensaje sobre el caso de los indocumentados menores de edad es que viene el combate a las organizaciones criminales, que cobran hasta 7 mil dólares por persona, y el relevante papel de México en esta cruzada.

“Hay colaboración entre estas redes y otras redes criminales. He entendido, no sé si es verdad, que las organizaciones delictivas cerca de la frontera tienen también su cuota sobre estas bandas de traficantes, entre 250 y 500 dólares por persona para cruzar el río Bravo para entrar en Estados Unidos. Hay mucho dinero en estas bandas delictivas y debemos como países trabajar para desmantelar estas redes”.

¿Funcionarios públicos, policías, agentes están en estas redes?

Es parte de la investigación, debemos investigar y actuar contra estas redes. No sé de hecho quién les facilita.

Sentado en una sala en su oficina, considera que México ha cambiado la imagen de un país que solamente luchaba contra la inseguridad. Hay trabajo por hacer, “pero al lado de estas imágenes más negativas, hay estas otras imágenes positivas de México. Claramente la seguridad es importante para el crecimiento, para la prosperidad y trabajamos en colaboración. Obviamente la responsabilidad es del gobierno de México, pero como socios, como amigos, tenemos el Programa Mérida para ayudar, para apoyar y es importante. Pero al mismo tiempo hay estas imágenes de innovación, de creación, de un nuevo México de estos jóvenes que están graduados y listos para competir en el mundo. Esa es otra visión de México”.

El diplomático piensa con mucha calma las preguntas sobre su llegada a México, en aquel verano caliente de 2011, caliente por el desencuentro del entonces presidente Calderón con el embajador Pascual por los cables de WikiLeaks, en los que el embajador criticó la lucha contra el crimen. “Pero la ignorancia del señor [Pascual] se traduce en una distorsión de lo que ocurre en México…”, argumentó el jefe del Ejecutivo en una entrevista con EL UNIVERSAL, publicada el 22 de febrero de ese año.

“Estoy muy contento con el estado de las relaciones. Tenemos una madurez en la relación y eso es muy bueno en ambos lados de la frontera, pienso que la relación nunca ha sido mejor… Hay baches pero es natural en una relación que es tan grande. Debemos manejar la situación de seguridad, debemos manejar en conjunto la frontera, debemos prepararnos para el futuro en el mundo en el cual vamos a competir con muchos países de buenas calidades, debemos estar bien preparados”.

¿El bache de la transición cuando usted llegó era muy profundo? La salida del embajador Pascual no fue lo más tersa que pudo haber ocurrido en la relación bilateral.

Para mí, al momento de mi llegada a México, vi una muy buena recepción, trabajamos con la ex administración en muchas áreas, hubo buena colaboración y sin problemas realmente. Hay problemas y había problemas, pero siempre con el espíritu de solucionar las diferencias y esto ha continuado con la administración del presidente [Enrique] Peña Nieto y hemos establecido nuevas instituciones, nuevos mecanismos en la relación económica, para generar nuevas oportunidades para estudiantes, hay mucho por hacer, pero con el paso de los últimos años han sido muy buenos en esto.

Con un pin en la solapa de su saco oscuro, las banderas de México y Estados Unidos, habla de la transición en México:

“Debemos poner esto en el contexto. En muchas de las transiciones hay preguntas porque es un nuevo equipo y el nuevo equipo aprende sus responsabilidades, cómo funciona el gobierno hoy en día y no hace cuatro, seis o 12 años. Entonces, pienso que hemos establecido buenas maneras de trabajar juntos y hay un ritmo impresionante de colaboración entre los gobiernos.

Se habla en el gobierno de México que ahora es una colaboración, sobre todo en materia de seguridad, mucho más ordenada que en el pasado.

Es bien organizada, es claro, y que hay muchas conversaciones que pasan cada semana, mucho trabajo para nosotros en la embajada para seguir todo el trabajo que pasa, porque hay fluidez. He visto en Estados Unidos también más y más interés por colaborar con México. Hay más que la intención y que esta relación es ganar-ganar y que el potencial por el futuro es muy positivo para ambos países.

Sobre el tema de la legalización de la mariguana, que ha habido en algunos estados de Estados Unidos, ¿esto impacta de alguna manera la relación bilateral?

Desde luego hay preguntas sobre esto en Estados Unidos, esto también es un debate de entrada en nuestros estados, hay conversaciones en la Organización de Estados Americanos, en otras instituciones hay debates, hay otras políticas y es natural que haya esto, mientras seguimos cumpliendo con nuestras obligaciones internacionales. En nuestro sistema que es fuertemente federal hay esta libertad para los estados y cambiar políticas en contra de las políticas del gobierno federal y ha pasado frecuentemente en nuestra historia, en el voto por mujeres, por ejemplo.

¿No es un tema que preocupe a los dos gobiernos? ¿No es un tema caliente entre los dos gobiernos?

Bueno, es un tema importante porque toca en el cumplimiento de las leyes federales pero seguimos en colaboración en contra de traficantes de drogas, de dinero y de armas y de personas también.

Wayne abre la posibilidad de abordar el tema de la migración infantil y uno de sus argumentos es la necesaria protección de los niños que viajan solos desde Centroamérica, se internan a México y cruzan hacia el territorio estadounidense.

“Necesitamos activarnos contra estas bandas de traficantes, informar a la gente, a los padres y parientes que no hay paso al latino, que es un camino peligroso, no vale la pena poner a sus hijos a esta situación tan horrible y que hay problemas estructurales en los países de América Central, donde todos nosotros como vecinos debemos trabajar juntos para ayudar a estos gobiernos porque hay situaciones de pobreza, de criminalidad que son terribles. El presidente [Barack Obama] ha indicado que va a pedir al Congreso 2 mil millones de dólares más para usar en nuestra frontera, o bien, para ayudar a corregir este flujo”.

Da la impresión, embajador, que el tema de la reforma migratoria y ahora que se le suma el de la crisis humanitaria, de los niños no acompañados, han puesto contra la pared al gobierno del presidente Obama.

Claramente la problemática, la frustración de la imposibilidad para hacer progreso, pero claramente hay caminos para explorar en esta situación y nuestro sistema frecuentemente necesita poco tiempo para desarrollar consenso. En esta situación, lo que es importante en el corto tiempo es actuar para manejar este flujo de jóvenes.

¿Y ahí qué tan importante es el papel de México?

México es un socio muy importante en este sentido, no es la fuente del problema pero es parte de la solución, es nuestra actitud, México es un socio importante y parte de la solución. El otro día, el canciller [José Antonio] Meade me invitó para acompañarlo a la frontera porque tenía interés por ver directamente la situación y en este sentido hay conocimiento de la importancia de este tema.

Embajador, ¿se siente cómodo en México o ya es momento de un cambio de sede?

Wayne sonríe y suelta una frase que parece chusca, pero no lo es: “Estoy aquí hasta el momento en que no esté aquí. Estoy muy contento aquí y pienso que las sociedades hemos desarrollado, producido buenos resultados para ambos países y buenas colaboraciones entre ambos gobiernos, el futuro es el futuro”.

Después, hace el pronóstico del juego entre Estados Unidos y Bélgica, un pronóstico que no se cumple, cosas del futbol. El resto es historia.



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