¡Como pez en el agua!
Responsable y dedicada, Lula Martín del Campo es referente dentro de la gastronomía. (Foto: Archivo )
La profesional recuerda que desde niña le gustó desenvolverse en este sector, y cuando su mamá, a la que define como “excelente anfitriona”, tenía invitados en casa, ella le ayudaba, siempre estaba dispuesta a realizar las tareas que se le asignaban para que todo en la mesa estuviera perfecto.
Destino culinario
Lula dice que siempre tuvo claro lo que quería hacer y cuando salió de la escuela, las cosas se fueron dando de manera consecutiva, lo que le ayudó a hacer camino y consolidar su carrera.
“Cuando salí de la escuela yo ya tenía trabajo en una casa de banquetes y prácticamente tenía que llevar a cabo toda la logística, y gracias a que una maestra me recomendó, salí con trabajo en una casa de banquetes, donde trabajé por un año y la verdad es que me fue muy bien porque aprendí mucho”, expresa la chef.
Posteriormente, Lula abrió su propia empresa de banquetes, para después abrir su restaurante familiar, aunque la experiencia no duró mucho y antes del primer año, lo vendió a un grupo, y posteriormente se arriesgó con otro negocio de especialidad italiana, el cual duró dos años y concluyó su ciclo.
Sueños critalizados
Su paso siguiente fue en el hotel Habita, donde fue convocada por Gonzalo Serrano, quien ideó el concepto de este lugar. La chef señala que su paso por este hotel de Polanco, fue un parte aguas en su carrera.
Actualmente, es propietaria del restaurante Roca, ubicado en Monte Athos, en Lomas de Chapultepec, cuya especialidad son los productos del mar; además, junto con su hermano, montó su propia empresa de catering, (organización de eventos a domicilio), que lleva el nombre de Nico y Lula Catering, cuya filosofía es “crear experiencias culinarias”.
“También soy chef del comedor de directores y clientes de HSBC y superviso el servicio de alimentos y bebidas en la sala VIP que tiene HSBC en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la ciudad de México”.
Presente en festivales, foros gastronómicos, y con mucho que dar a la cocina, Lula considera que cada platillo es una oportunidad de disfrutar una nueva experiencia y deleitar los sentidos, porque la cocina, asegura, no sólo alimenta el cuerpo, también alimenta el alma y a la memoria.