Amenazados por policías comunitarios y narcotraficantes, más de cien familias de la comunidad de San Miguel Aquila, estado de Michoacán, tuvieron que abandonar sus hogares, tierras, pertenencias y toda una vida, y buscar refugio en el Estado de Colima.

Desde el surgimiento de las llamadas Policías Comunitarias en la zona de Aquila, Michoacán, gentes encapuchadas y armadas con Rifles Ak-47, R-15 y pistolas, dicha comunidad indígena ha vivido bajo el terror y sin ser escuchados por ninguna autoridad, ya sea estatal o federal, razón por la que se vieron obligados a vivir "como refugiados" en estas tierras colimenses.

En conferencia de prensa, decenas de indígenas de Aquila, Michoacán, denunciaron la inseguridad que se vive en toda esa región del vecino estado, "que es tierra de nadie y todos se disputan el poder"

Expusieron que la policía comunitaria la encabeza Agustín Villanueva Ramírez porque quiere el poder de la misma comunidad y el dinero que paga la empresa Ternium por concepto de regalías que deja la mina que explota esa empresa en esta comunidad Indígena.

Denunciaron que encapuchados, armados y respaldados por la Policía Federal someten a los ciudadanos que no simpatizan con ellos, les roban su patrimonio y los amenazan de muerte.

Diana Cortés, a nombre de las más de 100 familias desplazadas, exiliadas de su hogar, de sus terrenos, señaló que esta policía comunitaria también es apoyada por el municipio de Chinicuila, apoderándose de armas de fuego y patrullas y retenes en las entradas del pueblo, lo que ha provocado terror y más inseguridad en la zona. La cual se ha visto afectada también por la presencia de grupos de la delincuencia organizada.

Ante esa situación de terror, de inseguridad, es por lo que alrededor de cien familias tomaron la determinación de emigrar a Colima, principalmente a los municipios de Tecomán (colindante con el municipio de Coahuayana, Michoacán), Colima, Manzanillo y Villa de Álvarez, para vivir con familiares, amigos "y donde se pueda, pero seguros".

Denunciaron que grupos de las llamadas Policías Comunitarias han tenido el apoyo de elementos de la Policía Federal, quienes los escoltan "para levantar a la gente opositora, así como agredirla física y verbalmente por varios días, e incluso desaparecerla".

Asimismo, denunciaron que Agustín Villanueva, ex presidente del comisariado comunal de Aquila, no había podido instalarse en el pueblo por el rechazo generalizado de la población y sólo pudo quedarse en la cabecera municipal porque los comuneros le han exigido el destino de 100 millones de pesos que recibió de la empresa minera Ternium por concepto de regalías.

Aurora Milanés Cortés, por su parte, sostuvo que esta situación de incertidumbre se agrava con el paso del tiempo debido a que las autoridades estatales y federal hacen caso omiso de lo que acontece, pues las denuncias interpuestas de afectados ante la Procuraduría de Justicia de Michoacán y de la PGR no se les da seguimiento.

Solicitaron al Gobierno Federal y al Gobierno de Colima su apoyo para poder "vivir en esta tierra en tanto no se apacigua la situación en Aquila".

Pidieron al Gobierno de Colima "no etiquetar a los michoacanos como delincuentes, ya que muchos somos víctimas de la situación de inseguridad en nuestro estado. No venimos hacer mal, estamos desesperados por regresar a nuestras casas", afirmaron.

En tanto, su situación en Colima es más segura, pero estos desplazados indígenas de Aquila, Michoacán, pasan hambres y penurias económicas, pues salieron de su comunidad "con muy poco, sin dinero y confiando en Dios".

limh