La polémica por el conflicto entre la conductora peruana Laura Bozzo y la comunicadora mexicana Carmen Aristegui, podría incidir favorablemente en la petición que viene haciendo desde hace tiempo la asociación A Favor de lo Mejor, que continúa demandando que sean retirados del aire los programas Cosas de la Vida y el anteriormente llamado Laura en América, hoy titulado simplemente Laura, por considerar que sus contenidos son reprobables.

"De hecho ya habían salido del aire por acuerdos realizados con el Consejo de Autorregulación de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) y la asociación A Favor de lo Mejor, pero inexplicablemente volvieron a entrar a la programación, y de igual manera, inexplicablemente se sostienen, esto pese al esfuerzo, la voz y la petición sostenida de que sean retirados del aire", explica Francisco Javier González Garza, presidente ejecutivo de la Asociación A Favor de lo Mejor en los medios de comunicación que cuenta entre sus afiliados a empresas anunciantes, 3 mil instituciones entre escuelas, universidades, organizaciones sociales y de investigación, entre las cuales hay 40 universidades y 120 colaboradoras.

Los mecanismos más propicios para exigir una mejor programación serían la acción conjunta de la sociedad civil junto con la del Consejo de Autorregulación de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), para exigirles directamente la remoción de estos programas a las televisoras: Televisa y Televisión Azteca.

"El intercambio de acusaciones entre estas dos comunicadoras (Carmen Aristegui y Laura Bozzo), aceleró y le dio más fuerza a esta petición constante, porque ayudó para que la gente manifestara nuevamente su disgusto ante este tipo de contenidos que no son en nada edificantes", reitera Francisco Javier González Garza y explica que es un terreno fangoso la mala utilización de los medios para favorecer o afectar causas.

"En estos dos programas Cosas de la Vida y Laura simplemente se busca mantener a un público cautivo para comercializar, sin realmente tener una función social o educativa. Los comunicadores llegan a tener una ventaja desproporcionada cuando utilizan los mismos medios para argumentar en su propio favor o en el de su causa, pero esto es muy peligroso porque este poder no lo tiene prácticamente nadie. Es desproporcionado en la medida que los comunicadores se dan una voz que la misma audiencia no tiene", señala el ejecutivo y agrega.

"Es reprobable que algunas personas utilicen recursos de propaganda frente a las calamidades provocadas por dos fenómenos meteorológicos que colisionaron en México. No debiera ser posible aceptar que intenten comercializar tragedias nacionales, porque resulta claro que este tipo de programas sólo busca impactar al público impresionándolo, y con esto conseguir mayor audiencia pero lo hacen lucrando con el morbo y la desgracia ajena", puntualizó.