WASHINGTON.— El gobierno de Estados Unidos anunció ayer que enviará más agentes a su frontera sur, mientras los republicanos demandan a la administración de Barack Obama el envío de la Guardia Nacional y que exija a México reforzar su frontera con Centroamérica para contener el flujo de menores migrantes de esa región.

La mayoría republicana en la Cámara Baja acusó a Obama de “hacerse de la vista gorda” frente a la crisis humanitaria de los niños indocumentados y solicitaron a la administración que exija al gobierno de México cumplir de una vez por todas con su responsabilidad de reforzar su frontera con Guatemala para cortar el flujo de la inmigración indocumentada que cruza su territorio desde Centroamérica.

“México, que es nuestro vecino y uno de nuestros principales socios comerciales, se está comportando muy mal y de forma deshonesta. Se ha convertido en cómplice de este tráfico humano que viene desde Centroamérica”, acusó la republicana por Michigan, Candace Miller, quien llegó al extremo de exigir revisar y hasta repudiar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y poner fin a los programa de asistencia hacia la región, hasta que los gobiernos de la zona no cumplan con su obligación de contener la inmigración indocumentada.

Esta sugerencia fue descalificada por un grupo de congresistas que consideraron un despropósito iniciar una guerra de represalias contra México, un país del que dependen no sólo las relaciones comerciales más importantes de Estados Unidos sino también miles de puestos de trabajo. “Estoy en total desacuerdo con mi colega de Michigan”, dijo el demócrata por Texas, Filemon Vela, al recordar que tan sólo el intercambio comercial entre Michigan y México supera los 52 mil millones de dólares al año y que más de 175 mil puestos de trabajo en ese estado también dependen del comercio con el vecino del sur.

El Comité de Seguridad Interna que preside el republicano por Texas Michael McCaul, se sumó a las peticiones del líder de la mayoría republicana, John Boehner y al gobernador de Texas, Rick Perry, quienes han exigido el envío de un contingente adicional de la Guardia Nacional que se encargue de sellar el sector de Río Grande, en la frontera de Texas.

En una audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional, el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, informó del envío adicional de 150 agentes de la patrulla fronteriza y 115 de la oficina de aduanas para hacer frente a la crisis y advirtió que según las proyecciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) el número de niños que llegan solos hasta la frontera podría rebasar los 150 mil en 2015. El funcionario insistió en que ninguno de los niños que haya llegado a EU de forma ilegal podrá beneficiarse del programa de Acción Diferida o de una eventual reforma migratoria.

Sin embargo, se negó a dar la espalda a niños de entre 5 y 7 años que llegan después de abandonar un escenario terrible en países como Honduras y sortear un viaje lleno de peligros. “Estamos hablando de niños de entre 5 y 7 años. Esta es una situación de crisis humanitaria. Y tenemos que tener mucho cuidado en cómo nos comportamos. Somos los Estados Unidos. La ley nos impide realizar deportaciones expeditas contra estos niños menores de edad”, insistió Johnson ante el embate de los republicanos que le han acusado de no aplicar la ley y de permitir que muchos de estos niños terminen en casa de sus familiares o en refugios temporales en bases militares de California, Oklahoma o Texas.

Sobre la responsabilidad compartida de México y las alusiones a la falta de seguridad en la frontera con Guatemala, Johnson insistió en que la administración Obama ya mantiene intensos contactos con el gobierno de México, así como con los de Centroamérica, para tratar de hacer frente a este “éxodo masivo”. “México es clave en la solución de este problema”, aseguró.

Boehner, en tanto, anunció la creación de una fuerza de tarea legislativa para supervisar desde el Congreso la “crisis humanitaria” ante la ola de niños inmigrantes, considerando que “el presidente ha fallado en tomar los pasos necesarios para confrontar la crisis”.

Por su parte, organizaciones proinmigrantes pidieron al gobierno de EU que los menores centroamericanos sean tratados “como niños y no como criminales”.

Frank Sharry, director ejecutivo de America´s Voice, lamentó que los republicanos usen esta crisis humanitaria para “hacer puntos” a costa de Obama: “Quieren es que el gobierno trate a estos niños como criminales. Creen que la mejor respuesta es encerrarlos y enviarles de vuelta a las violentas condiciones de las que escaparon”. (Con información de agencias)