Los suicidas hicieron estallar los coches bomba que conducían contra una concentración de efectivos de la policía y de milicianos de la tribu Al Yubur en el centro de Al Duluiya, informó la agencia de noticias Aswat al-Iraq.

Las explosiones se produjeron cerca de la barrera de la Dirección de la Policía de la ciudad, por lo que la mayoría de los fallecidos son policías y milicianos tribales.

Según fuentes policiales iraquíes, hombres armados lanzaron un asalto contra la ciudad y en particular contra el barrio de Al Yubur, donde está concentrada la poderosa tribu de los yuburi.

"Los asaltantes atacaron la ciudad, pero fueron repelidos por las fuerzas de seguridad y los miembros de las tribus" , dijo un oficial de la policía, que atribuyó los atentados al EI, antes conocido como El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) , que desde hace semanas intenta tomar esa localidad clave en su avance hacia Bagdad.

Los atentados fueron seguidos por cruentos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad iraquíes y combatientes del autodenominado Estado Islámico, dejando varios muertos en la filas de los yihadistas.

El Ejército iraquí también realizó este lunes bombardeos en la aldea de Al Zab, que está en manos del EI y que se encuentra en la zona de Al Hauiya, en la provincia de Kirkuk, dejando un saldo de siete muertos y cuatro heridos.

Desde el inicio de su ofensiva, el pasado 9 de junio, los combatientes del EI se ha hecho con el control de numerosos territorios del norte, oeste y este de Bagdad.

La ofensiva yihadista fue frenada gracias a una contraofensiva de las fuerzas iraquíes y kurdas, así como a los bombardeos aéreos de Estados Unidos para combatir a los yihadistas.

Este lunes, las fuerzas iraquíes aseguraron haber expulsados a los extremistas de los alrededores de la estratégica presa de Haditha, en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, después de los bombardeos estadunidenses contra posiciones del EI.

Aviones de combate de Estados Unidos bombardearon el domingo posiciones de los yihadistas en los alrededores de la presa, que abarca más de seis kilómetros de orilla del río Eúfrates y en manos de las fuerzas iraquíes,

Esa presa suministra agua a millones de iraquíes y es el segundo mayor generador hidroeléctrico de Irak, por lo que su toma por los combatientes islámicos extremistas podría suponer un desastre.

ar