Granma elogia a Paz pero critica su posición política
Opinión. "El Octavio Paz que nos pertenece y al que no debemos renunciar es el que se revela poéticamente como un transformador de la función de la palabra y un constructor de imágenes que traducen la experiencia interior del ser humano", anotó Granma. . (Foto: Tomada de: Granma.cu )
El diario oficial Granma elogió hoy al escritor mexicano Octavio Paz por el centenario de su nacimiento pero le reprochó sus "desencuentros" con la Revolución Cubana, la Nicaragua sandinista y la izquierda mexicana.
En un artículo titulado "Octavio Paz en su laberinto", el órgano del gobernante Partido Comunista opinó que en la creación lírica y en la ensayística "se hallan indudablemente los más altos valores del legado intelectual" de Paz (1914-1998).
Según Granma, el centenario del nacimiento de Paz debe servir de "catalizador para la difusión entre nosotros de una obra poética esencial y un repertorio de ideas imprescindible para la comprensión del arte desde los tiempos precolombinos hasta la modernidad".
Dijo que los aciertos de su producción literaria son de mucha mayor permanencia y calado que los juicios políticos de quien en su juventud se identificó con las ideas socialistas y la defensa de la República Española.
Pero que luego -agregó- "involucionó hasta llegar a aplaudir al final de su vida el modelo neoliberal. Prejuicios y cegueras propias y un desmedido afán de protagonismo como hombre público explican sus desencuentros con la Revolución Cubana, el sandinismo y la izquierda mexicana".
Paz, quien nació el 31 de marzo de 1914 y murió el 19 de abril de 1998, renunció en 1968 a su cargo de embajador en la India en protesta por la matanza de Tlatelolco en octubre de ese año, pero también fue un firme crítico de violaciones a los derechos humanos de los gobiernos comunistas.
A finales de la década de 1960 publicó en la revista Siempre un artículo en el que criticó el encarcelamiento acusado de subversión del poeta cubano Heberto Padilla (1932-2000), autor del libro Fuera de Juego, que obtuvo en 1968 el Premio "Julián del Casal", de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
"El Octavio Paz que nos pertenece y al que no debemos renunciar es el que se revela poéticamente como un transformador de la función de la palabra y un constructor de imágenes que traducen la experiencia interior del ser humano", anotó Granma.
Comentó que en cuanto a su ensayística, "para muchos fue un descubrimiento el libro El laberinto de la soledad (1950) del también diplomático y ensayista.
Señaló que esa obra es una indagación acerca de la psicología social y cultural del mexicano, "no tanto por lo que dijo sino por un modo de expresión que renovó la tradición reflexiva que en España había tenido un momento estelar en José Ortega y Gasset y en su país el extraordinario caso de Alfonso Reyes".
sc