Con Bravo "se construyó la danza mexicana": Tovar
Homenaje. El director del Conaculta realizó una guardia de honor en el homenaje de la fallecida bailarina mexicanana junto a sus familiares. (Foto: Jorge Serratos / EL UNIVERSAL )
Guillermina Bravo es la historia de la danza en México durante el siglo XX. Nació en 1920 y creció con la vitalidad que dejó la Revolución, que ella interpretó en coreografías, movimiento y talento, afirmó hoy Rafael Tovar y de Teresa, quien subrayó que con ella se construyó la danza mexicana.
Al encabezar el homenaje que se rindió a Bravo en el Palacio de Bellas Artes, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) dijo que "fue una mujer que tuvo la creatividad para hacer nuevas formas de expresión del cuerpo y una enorme creatividad para formar a todas las generaciones del siglo XX en la danza".
Dijo recordar a la bailarina y coreógrafa no nada más como titular del Conaculta sino como director general que fue del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). "Ahí probablemente es donde la traté más y tuve con ella un contacto mucho más cercano", recordó.
Frente al féretro de la maestra, fallecida el miércoles 6 de noviembre en su casa de la ciudad de Querétaro, a los 92 años de edad, añadió que fue cuando conoció su pasión por la danza y todo ese amor que contagiaba para impulsar, y desde sus trincheras apoyar, las tareas dancísticas.
Tovar y de Teresa la recordó cuando fue creado el Sistema Nacional de Creadores (SNC), siendo la maestra Bravo la primera figura dedicada a la danza con el título de emérito.
"Recuerdo la efervescencia que ni su edad, ya prolongada en épocas recientes, mermó para poder impulsar este movimiento en México y dar rostro mexicano a la danza; el mejor legado que deja ella en de cada uno de sus alumnos, es un recuerdo y una parte de su personalidad y su enseñanza", enfatizó.
Aseguró que le fue gratificante ver, en el interior y en el exterior del Palacio de Bellas Artes, "a muchos jóvenes que son parte de la Academia de la Danza Mexicana, institución que ella fundó y que ahora son parte de su vida y de su continuidad, de su carácter eterno y de su ejemplo en el quehacer dancístico".
Guillermina Bravo, añadió, no sólo fue creadora de danza sino también de instituciones, las cuales "ahí están y contarán, al igual que su familia, amigos y todos quienes estuvieron con ella al final de sus días, con la certeza de que el gobierno federal, a través de las instituciones culturales, seguirán apoyándolas".
De ninguna manera, con Guillermina Bravo se va todo su esfuerzo, puso en relieve el funcionario, y anunció que "queda como la semilla que tendrá la continuidad para esta importantísima expresión artística, centenaria en nuestro país, y renovada por ella en el Siglo XX, a la que nos corresponde apoyar".
Rafael Tovar y de Teresa realizó, junto con la directora del INBA, María Cristina García Cepeda, y los hijos de Guillermina Bravo, Claudia y Lucio Sánchez Bravo, una guardia de honor alrededor del féretro de la promotora cultural.
Con las notas del Cuarteto de Cuerdas Carlos Chávez como fondo del homenaje a la bailarina y coreógrafa, se montaron otras guardias de honor para dar el último adiós a Bravo, en las que participaron personalidades como Gladiola Orozco, fundadora de Ballet Teatro del Espacio.
Estuvieron también presentes Marco Antonio Silva, Raúl Parrao, director del Ceprodac; Elizabeth Cámara, directora del Cenidi Danza; Lidia Romero, Luisa Huertas, Laura Morelos, directora de la Compañía Nacional de Danza; la coreógrafa Sylvie Reynaud y la coreógrafa Cecilia Lugo.
De igual modo, más de 200 alumnos de la Academia de la Danza Mexicana, fundada por Guillermina Bravo, rindieron también guardia de honor y realizaron una coreografía en homenaje a la maestra en la explanada del Palacio de Bellas Artes.
Al final, el féretro con el cuerpo del pilar de la danza contemporánea en México fue despedida entre vítores y porras que reconocieron una vida dedicada a la danza y la cultura.
rqm