Desde su refugio en la colonia Roma, Marcelo Ebrard juega al de tin marín de do pingüe de la política y en espera de tomar a una decisión para su futuro, nos comentan.

El ex jefe de gobierno del Distrito Federal aguarda una cita muy importante, que le ayudará definir la ruta, después de que los Chuchos de Nueva Izquierda le cerraron el paso para una candidatura a diputado federal por el PRD -por ser "políticamente inconveniente" o "no era lo conveniente políticamente", palabras de Jesús Zambrano-, nos explican.

La cita es con el ex candidato presidencial de las izquierdas y líder moral de Morena, Andrés Manuel López Obrador, para dialogar sobre las posibilidades de entrar a las listas plurinominales del nuevo partido -aunque los tiempos están apretados, nada en política está escrito en piedra-, nos hacer ver.

Analistas políticos han manejado la versión de que el encuentro podría darse el fin de semana. Sin embargo, no hay una fecha todavía porque el tabasqueño anda fuera de la ciudad de México, nos dicen personas cercanas a don Marcelo.

A la espera, nos recuerdan, Ebrard maneja otro escenario: ir con Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, para entrar al Palacio Legislativo con una coordinación parlamentaria en la bolsa, que le permitiría tener los reflectores necesarios para pelear el 2018.

Ir al montón no le serviría, ha dicho a sus colaboradores.

Es viernes y uno, AMLO, deja en suspenso la reunión con el ex jefe de gobierno, y el otro, MEC, juega al tan marín de do pingüe...