A unas horas de cumplirse cuatro semanas del ataque a normalistas de Ayotzinapa en la ciudad de Iguala, hecho que produjo seis muertos y 43 desaparecidos, el PRD vive la crisis más importante de su historia como partido.

El caso Guerrero ha restregado en la cara perredista los supuestos vínculos del crimen organizado con la política y las complicidades internas, nos comentan.

De otra forma, no se pueden entender las razones por las cuales siguen en libertad los presuntos responsables de ordenar el ataque y de la desaparición forzada de los estudiantes: el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, señalada de ser una de las cabezas del grupo criminal Guerreros Unidos.

 En cuatro semanas, han salido los nombres de líderes de esa izquierda que deberían explicar sus relaciones con la pareja, comenzado por Ángel Aguirre Rivero, quien ha solicitado separarse del cargo de gobernador; Lázaro Mazón, ex secretario de Salud; el ex dirigente nacional perredista, Jesús Zambrano, y el diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez, nos mencionan.

 Han pasado cuatro semanas, han rodado cabezas pero la clase política amarilla no ha dado una explicación de las acciones ilícitas de la familia Abarca-Pineda y las posibles complicidades en otros gobiernos del mismo color.

 Pero lo más importante, falta conocer el paradero de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Esta noche se cumplen cuatro semanas del ataque en Iguala, ¿dónde están los #43?