Dos minutos después de que inicio la sesión extraordinaria de la Comisión de Gobernación en el Senado -que analiza si hay condiciones para decretar la desaparición de poderes en Guerrero-, vino el freno de mano de la mesa directiva de la Cámara Alta, a cargo del perredista Miguel Barbosa, para que el órgano decretara un receso y se declarara en sesión permanente.

El PAN pidió a la Comisión de Gobernación, que preside la senadora priísta Cristina Díaz, que antes que el dictamen sea votado mande a un grupo de senadores que verifiquen si hay condiciones de gobernabilidad, porque no se puede sujetar este proceso a un mero intercambio epistolar, como lo han hecho el Congreso y el Poder Judicial de Guerrero, que aseguran todo marcha en la normalidad. Eso, no es suficiente, argumentaron los azules.

 Por lo pronto, nos cuentan, este receso es un mecanismo para que sea el propio gobernador Ángel Aguirre quien tome la decisión de pedir licencia al cargo y con ello se contribuya a destensar la complicada situación en el estado. Todo puede ocurrir, pero el alargue del procedimiento es una bocanada de aire para don Ángel, quien parece salir momentáneamente del "coma político".

El dictamen, al menos, no considera la desaparición de poderes en los caminos del sur, nos confirman.