MUCHO NERVIOSISMO  hay en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI ante la posibilidad de que la factura por el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, comience a ser cargada también a ese partido.

Miembros del PRI nos comentan que hasta ayer el costo político mayor era para el PRD, pues el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, es de extracción perredista y los señalamientos apuntaban a que los estudiantes fueron detenidos por policías de ese municipio en conjunto con sicarios del grupo criminal Guerreros Unidos.

Sin embargo, luego de que ayer se conoció que el edil del municipio vecino de Cocula, el priista César Peñaloza, declara como testigo ante la Procuraduría General de la República por el tema de las desapariciones, y que una veintena de sus policías fueron detenidos bajo sospecha de haber participado en los hechos, hoy ya ven muy cerca las llamas del escudo tricolor.