Hay una sacudida en la estructura de la Procuraduría General de la República en un momento que no parece oportuno por las investigaciones del caso Ayotzinapa, un expediente que está poniendo a prueba a la institución a cargo de Jesús Murillo Karam. 

El funcionario al mando de la investigación, Rodrigo Archundia Barrientos, titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, la SEIDO, presentó su renuncia al puesto, que en los hechos es el segundo de mayor importancia en la PGR. El cambio se anunciaba desde hace varios días en los pasillos de la dependencia, nos comentan.

Sin embargo, la salida del zar anticrimen se da en el momento más álgido de la indagatoria para localizar a los 43 normalistas de Guerrero, caso que ha escalado a nivel internacional.

Ahora en la PGR dicen desconocer quién será el sucesor y el relevo para seguir conduciendo la indagatoria sobre los crímenes cometidos en Iguala. Las pesquisas están en manos de Tomás Zerón de Lucio, director de la Agencia de Investigación Criminal, pero es una parte de la labor que se complementaba con la SEIDO.

Don Rodrigo, quien ha hecho una larga carrera en la procuraduría, desde Ministerio Público hasta subprocurador, podría pasar a una Fiscalía Regional, nos dicen.

¿Pero qué hay detrás de los movimientos de Murillo y cuál es el mensaje?