Rafael Caro Quintero, también llamado "Narco de narcos" en su época, fundó y lideró el cártel de Guadalajara o también denominado de Jalisco, quien en una ostentación de su poder aseguró que pagaría la deuda externa del país si lo dejaban libre tras su captura en abril de 1985. Fue liberado este viernes.

Nació el 3 de octubre de 1952 en Badiraguato, Sinaloa y en su carrera delictiva escaló hasta convertirse en uno de los jefes del narcotráfico más buscados por la DEA. En 1984 se descubrió la existencia de su rancho El Búfalo, en Chihuahua, una propiedad de tres mil metros cuadrados, en los que se producía mariguana con los métodos más modernos de su tiempo, en el que trabajaban alrededor de 10 mil campesinos que producían "mercancía" que se cotizaba en ese momento en 8 mil millones de dólares.

Después del asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, huyó de México, pero fue detenido finalmente en San José Costa Rica, junto con su novia Sara Cosío Vidaurri Martínez, sobrina del presidente del PRI en el DF, César Cosío, quien se pensaba que había sido secuestrada por el capo.

Al momento de su aprehensión se le encontró en poder de un arma chapada en oro con incrustaciones de diamantes, 300 mil dólares en efectivo, joyas por un valor de 1 millón de dólares y dos carros de lujo.

Enrique "Kiki" Camarena fue un agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), que se incorporó en 1968 a las filas castrenses y posteriormente se incorporó a la división de narcóticos, donde fue designado como parte de una misión enviada a México en 1981, que se dedicó a investigar las operaciones de narcotráfico en Jalisco, bastión del cártel que lideraban Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, "Don Neto".

Fue secuestrado el 7 de febrero de 1985 frente al consulado de Estados Unidos en Guadalajara, en represalia a las investigaciones que realizó un año antes que permitieron supuestamente desmantelar uno de los centros de producción de drogas más importantes de esta organización criminal, ubicado en el rancho El Búfalo, en Chihuahua.

Según declaraciones de "Don Neto", Caro Quintero ordenó su secuestro y ejecución ya que creyó además que Camarena Salazar era el jefe de la oficina local de la DEA en Jalisco.

El titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Sergio García Ramírez, estaba al frente de la dependencia cuando se registró el crimen de Camarena. Cuando se logró la aprehensión de Rafael Caro Quintero como presunto responsable del homicidio, sostuvo que serían las autoridades mexicanas las que enjuiciarían al narcotraficante, a pesar de la presión del gobierno de Estados Unidos por que les fuera entregado.

En 1985 personajes como John Gavin, embajador de Estados Unidos en México, o el jefe de la DEA, William French Smith, acusaron a las autoridades mexicanas de no investigar con celeridad y profesionalismo el secuestro de Camarena, e incluso se enviaron notas diplomáticas al entonces Canciller, Jorge Sepúlveda y al procurador García Ramírez, para que el gobierno actuara con celeridad en este caso, pues incluso pidieron que se impidiera salir a Caro Quintero del país, quien presuntamente pagó para poder huir del territorio.

Después de la captura de Caro Quintero, derivado de sus declaraciones, fue detenido el comandante de la Policía Judicial Federal, Jorge Armando Pavón Reyes, quien estuvo a cargo de la investigación del caso Camarena. Se le procesó ya que presuntamente el capo le pagó 60 millones de pesos para que en marzo de 1985 le permitiera salir del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en compañía de sus principales colaboradores y su novia, Sara Cosío.

El mando policiaco fue procesado, pero al final fue absuelto de las acusaciones en su contra por el delito de cohecho. Murió en noviembre de 2006 cuando intentaba limpiar su nombre, al ser implicado en la trama para asesinar a Camarena.

Agentes de la DEA detuvieron el 2 de abril de 1990 al doctor Humberto Álvarez-Machaín, acusado de participar también en el secuestro y crimen del agente Camarena. La aprehensión fue ilegal, fue privado de la libertad y sin procedimiento de extradición fue trasladado en un avión a El Paso, Texas, para ser procesado en los tribunales estadounidenses.

El gobierno de México acusó que en este caso se violó el derecho internacional y se trasgredió el Tratado de extradición bilateral, lo que provocó también momentos de tensión entre ambos países. El 14 de diciembre de 1992 fue liberado por órdenes de una Corte estadounidense, que ordenó su regreso a México. Logró una indemnización ya que nunca se comprobó su participación en los hechos.

En septiembre de 2012 en una cárcel de Estados Unidos falleció el ex legislador Rubén Zuno Arce, cuñado del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, quien purgaba una condena por el asesinato de Camarena, después de su detención en Texas en 1989, ya que se le imputó tener nexos con los líderes del cártel de Guadalajara.

Los cargos en su contra se sustentaron en declaraciones de ex policías que se convirtieron en testigos protegidos como Héctor Cervantes, quien al final se retractó de sus declaraciones, lo que no impidió que el inculpado muriera en la cárcel; a pesar de que los colaboradores afirmaron después haber sido instruidos por el entonces fiscal del caso Camarena, Manuel Medrano.

ml