La reforma hacendaria que se presentará el próximo 8 de septiembre no será tan ambiciosa ni agresiva como se esperaba, pues los esfuerzos se enfocarán en concretar la energética, la cual será la que dará el impulso al crecimiento económico del país, aseguró el economista en jefe en México del banco de inversiones Barclays, Marco Oviedo.

En conferencia de prensa, el experto dijo que dada la situación actual de la economía nacional, una reforma fiscal que incremente en más de dos puntos porcentuales la recaudación tributaria podría ser recesiva porque impactaría negativamente en componentes importantes como el consumo.

Afirmó que el gobierno ve en la reforma energética el principal motor de crecimiento económico del país y que una vez que ésta iniciativa, en conjunto con otras reformas como la laboral y la de telecomunicaciones, pueden hacer que el producto interno bruto (PIB) se expanda a tasas de 4%.

Oviedo señaló que una vez que se tenga ese ritmo de crecimiento, se pueden sentar las bases para discutir una reforma hacendaria más agresiva y de mayor impacto para la recaudación tributaria.

"El tamaño de la reforma hacendaria ha disminuido dada las circunstancias de crecimiento. Las finanzas públicas aún tienen margen para discutir. La reforma no será tan ambiciosa como se esperaba y los mercados seguramente la van a tomar como decepcionante", mencionó.

Por lo pronto, dijo que el próximo 8 de septiembre se mandará una iniciativa que abone 1.6 puntos porcentuales más a la captación de impuestos.

Esos recursos, dijo que no se darán por la homologación del IVA a alimentos, pues este no es un buen momento para hacerlo ya que afectaría el consumo, principalmente de las personas de menores ingresos.

La recaudación que buscará el gobierno provendrá de menores deducciones en el ISR en sectores como autotransporte y agrícola, la eliminación de la consolidación fiscal, la cancelación de subsidio a la gasolina, la homologación del IVA a las zonas fronterizas y un aumento a la tasa marginal.

Nerviosismo por protestas

Marco Oviedo reconoció que las manifestaciones y protestas que han surgido de la serie de iniciativas y reformas estructurales que se discuten en el Congreso de la Unión han puesto nerviosos a los inversionistas, lo cual se reflejará en el tipo de cambio.

En un escenario pesimista, donde no se concreten las reformas, ya sea por falta de consensos o presiones sociales, el tipo de cambio podría depreciarse y registrar una cotización de entré 14 y 14.50 pesos por dólar, lo cual también podría generar que muchos inversionistas con posiciones en bonos se vean obligados a deshacerse de ellos.

"De ser así la economía mexicano seguirá creciendo a tasas de 3% y 3.2% y habría una gran volatilidad", mencionó.

tcm