El Congreso argentino iniciará este martes el debate sobre la histórica reforma a los servicios de espionaje que propuso la presidenta Cristina Fernández, después de la muerte del fiscal que la acusó de haber pactado con Irán.

La iniciativa, anunciada la semana pasada por la mandataria, será debatida este martes en las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales del Senado, que esperan acelerar un dictamen que pueda pasar para su análisis a sesión plenaria.

El calendario previsto por el oficialismo prevé que la reforma sea aprobada y enviada para su ratificación en la Cámara de Diputados la semana próxima, con lo que concluiría el trámite legislativo.

Las 22 páginas del proyecto preven la disolución de la actual Secretaría de Inteligencia, mejor conocida como SIDE, y la creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) , así como cambios en su estructura con el fin de regular las labores de espionaje.

Esta reforma había sido demandada por sectores de la oposición, ya que la SIDE arrastra un fuerte desprestigio y se había convertido en sinónimo de prácticas oscuras y tenebrosas que servían más para el chantaje y operaciones políticas que para respaldar investigaciones serias.

Los cambios, que no se esperaban en la recta final del gobierno de Fernández de Kirchner, fueron obligados por la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que fue hallado muerto por un disparo en la cabeza cuatro días después de haber denunciado a la presidenta.

Fernández de Kirchner vinculó la muerte del fiscal a peleas entre los servicios de espionaje, por lo que ordenó sesiones extraordinarias para tratar lo antes posible la desaparición de la SIDE.

La iniciativa establece que la nueva AFI tendrá un director y un subdirector que serán nombrados por el Senado, pero que podrán ser removidos por el Ejecutivo.

Además, las escuchas (espionaje telefónico) , ya no serán operadas por el organismo, sino por el Ministerio Público, y las actividades de inteligencia tendrán que subordinarse a los derechos y garantías legales, constitucionales y de tratados de derechos humanos.

La propuesta fue aplaudida por varios sectores, incluso opositores, pero también se abrió una polémica inmediata porque no se prevé una "limpia" de personal, así que todos los empleados de la SIDE pasarán a formar parte de la AFI, lo que es impugnado por quienes apuestan a un cambio de fondo.

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