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La violencia se desató. Aficionados invadieron la cancha del Jalisco. Provocaron la suspensión del Clásico Tapatío, en los Cuartos de Final, durante 18 minutos. Y protagonizaron un enfrentamiento contra la policía, que luchaba por impedir que siguieran ingresando al campo. Tras lo sucedido, la directiva del Atlas anunció el veto por tiempo indefinido de la Barra 51.

“Cuando hace año y medio empezamos, las apoyamos, las barras dan un sabor bueno para el espectáculo. Con esto que sucedió, ¿qué voy a hacer? Por lo pronto, no entran. ¿En qué plazo? No quiero caer en 'no vuelven a entrar' por eso les digo que es por tiempo indefinido, mientras hacemos lo que debamos hacer para evitar esto”, explica Gustavo Guzmán, presidente del Atlas.

“Quizá debamos tener más cercanía en la identificación de quiénes son para impedirles la entrada. Todos vimos en el otro acto de violencia contra Monterrey (tras la eliminación en Cuartos de Final el torneo pasado) que fueron a la salida por una venganza. Esos los tenemos detectados y los marginamos. El tema es tenerlos bien identificados y no dejarlos entrar, pero no quisiera adelantarme porque no tengo todos los elementos. Vamos a redefinir la reglamentación”, añade.

Enseguida, asegura que no son todos los integrantes de la barra quienes generan violencia. Sin embargo, las medidas deben ser ejemplares de cualquier manera.

“No se vale, son unos cuantos que han agarrado fuerza, independientemente del estado donde estén, no tengo duda que hay por dentro (de las barras) algo más, pero las autoridades han sido blandas, la ley los ha protegido. Aquí había 60 mil personas y fue un grupo, ¿por qué ese pequeño grupo va a abstenernos del placer a los demás? Vamos a meter mano muy dura. Las autoridades están en la mejor disposición de apoyar, nosotros con Clubes Unidos como propietarios del estadio vamos a poner las denuncias necesarias y vamos invertir lo necesario en abogados para que estos vándalos tengan un castigo ejemplar”, detalla el directivo.

Afirma que, pese a todo, no hay que pensar en el extremo de erradicar las barras, como ha pedido Jorge Vergara, dueño del Guadalajara. “No es necesario. Cuando llegué lo que percibí es que a pesar de los malos resultados no habían hecho cosas de este tamaño. Me acuerdo que personalmente acudí con ellos y lo único que me solicitaron es que se les vendiera o regalara agua. Fue la única petición. Se deberían llamar de otra manera, no barra, porque hay un estigma contra la palabra barra. Miren lo de argentina, allá hay cinco muertos por temporada, aquí no tenemos memoria de fallecidos por violencia, pero si lo dejamos pasar, entonces no lo vamos a contar”, sentencia Gustavo Guzmán.