La frase “en mis tiempos los niños eran otra cosa” y sus variantes como “Ahora los chicos están muy hiperactivos” o “¡Estos chaparritos de hoy, son tremendos!”, son la puerta de entrada obligada a la vida adulta, pero ¿esto será muestra de que subimos al escalón de la incomprensión y el olvido de nuestra propia infancia?

No es que las nuevas generaciones hayan cambiado, es que siempre han sido diferentes unas de otras y los hoy adultos también fuimos distintos como niños de nuestros padres y abuelos.

Esther Vásquez, pedagoga, comenta: “Los juegos y los juguetes son un puente entre la fantasía y la realidad porque producen símbolos necesarios en el desarrollo mental. El juego da la posibilidad de fantasear, el niño puede desarrollar la creatividad y flexibilidad de pensamiento que le permitirá no ser rígido. De esta manera puede ensayar cómo es que la vida va y viene”.

¿Recuerdas tus juguetes favoritos? Hacemos un recuento de los preferidos por décadas, para despertar a tu niño interior.

Los coloridos ochenta

Cuando se estrenaba la tercera película de Star Wars’ en 1983, niños se identificaban con estos héroes intergalácticos y coleccionaban juguetes y accesorios de esta exitosa saga, las primeras consolas de videojuegos se popularizaban y E.T. y Gremlins estaban por todos lados.

Barbie se convirtió en una chica rocker y más juvenil que sus antecesoras, las muñecas Cabbage Patch Kids estaban en los brazos de las niñas y un hornito mágico era un privilegio para complementar el juego de té cuyos protagonistas eran las muñecas de Rainbow Brite y Rosita Fresita, junto con los infaltables peluches de Cariñositos.

Para mediados de esta década, los súper héroes de Marvel y DC Comics tenían a sus feroces competencias con las colecciones de figuras de acción: He-Man y su hermana She-Ra, los amos del universo. Los Thundercats también eran una gran referencia a los juegos infantiles, entre garras felinas y espadas del augurio; el legado de estos felinos cósmicos fue el código de lealtad, honor y justicia.

Los noventa, retro, pop y el video 

Los juguetes de los noventa también tenían mucho que ver con lo que los pequeños de entonces veían en la televisión y el cine. Lo retro llegaba a la añoranza de los padres con los personajes de Plaza Sésamo, como Elmo, o el furor de la película Toy Story que revivió al Señor Cara de Papa y al ViewMaster y presentó a nuevos clásicos como las figuras de acción de Buzz-Lightyear y su amigo fiel, el vaquero Woody. Las matatenas perdieron terreno al llegar la euforia de los tazos.

Las estrellas del pop tenían sus propias muñecas, como las de Spice Girls o de Britney Spears, porque todas las niñas querían ser como ellas. A su vez, Barbie tenía el pelo más largo que nunca en su versión Totally Air.

Los Tamagotchi ocupaban la atención de los dueños de las mascotas virtuales y Furby era un peludo amigo al que debías enseñarle palabras y trucos divertidos. Polly Pocket era una muñeca fácil de transportar con todo y casa (o palacio, o salón de belleza), al igual que para los niños los coches de Micromachines. 

En esta década empieza la euforia por las consolas de videojuegos como Nintendo y los juegos de computadora de Barbie o Disney, que logran enganchar por primera vez a los niños a tecnologías más sofisticadas.

Dos mil y la globalización

La euforia que inició a finales de los noventa por los Caballeros del Zodiaco y Sailor Moon, continuaba. Pokemón, Yugi-Oh y otros personajes inspirados en el anime japonés llenaban los patios de las escuelas en juegos de cartas o figuras de acción. 
Max Steel era el nuevo súper héroe defensor del planeta, mientras que Barbie se enfrentaba a nueva competencia; las muñecas Bratz y My Scene, con las cuales la euforia por lo fashion era una guerra.

Los chorros de agua de las pistolas son sustituidas por dardos de goma en el terreno de batalla con las pistolas Nerf, el scooter tiene su reaparición en las calles y los súper héroes de Marvel y DC Comics regresan con gran fuerza gracias a nuevas películas y caricaturas.

Los videojuegos se hacen más sofisticados, lo mismo que las consolas.

Los últimos cinco años

No todo se resume a una tableta electrónica o consola de videojuego en la actualidad, aunque estos ofrecen los juegos más populares y que todos los niños y adultos conocen: Angry Birds en todas sus versiones,  Minecraft, Plants vs Zombies y otros igual de populares como 2048.

Aún hay lugar para las muñecas, que ahora son las princesas de Disney y las muñecas de Monster High, los juegos de destreza siguen teniendo comerciales en los canales infantiles, e incluso Lego resurgió del olvido con maquetas de concesiones importantes como Star Wars. Películas infantiles  como Frozen, de Disney, siempre tendrán una oferta de peluches y juegos para todos los gustos, desde una figura de acción hasta juegos de mesa y videojuegos.

El mundo ha cambiado a una enorme velocidad, pero aún encontramos sorpresas en los juegos infantiles. Miss Magüis, profesora de educación básica por más de treinta años en el Instituto Alexander Bain, nos comenta sorprendida que juegos como el resorte pueden seguir siendo muy populares, basta que una niña lleve uno para, a la semana, ver a todas jugándolo. Al igual los juegos mixtos, como la casita; el juego es el mismo, sólo que los diálogos cambian, según comenta Miss Magüis: “Dice el niño: ‘ya llegué, ¿ya está la comida?’ y la niña contesta ‘No, así que hoy me llevas a comer al restaurante’”.