Bogotá celebra Gabo-Lectura
Figura. El embajador Valdivia dijo que "García Márquez fue sin duda el más terrenal de los genios. Colombiano siempre orgulloso de su origen por nacimiento y mexicano siempre bien definido". . (Foto: John Vizcaino/Reuters )
Con una maratónica lectura de textos por parte de escritores, académicos, estudiantes y diplomáticos, en la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) en esta capital, se rindió homenaje póstumo a Gabriel García Márquez.
La Gabo-Lectura fue presidida por el embajador de México en Colombia, Arnulfo Valdivia, y el gerente del FCE, filial Colombia, Juan Camilo Restrepo, quienes iniciaron la actividad a las 13:00 horas del lunes (18:00 GMT) terminando ocho horas después.
Entre los escritores que participan en el homenaje se destacaron Darío Jaramillo Agudelo y Piedad Bonnett, autores del FCE, Conrado Zuluaga, especialista en la obra de García Márquez, y Enrique González Villa, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro.
El embajador Valdivia dijo que "García Márquez fue sin duda el más terrenal de los genios. Colombiano siempre orgulloso de su origen por nacimiento y mexicano siempre bien definido".
"Por adopción, el maestro García Márquez es indudablemente el símbolo superlativo de la hermandad que une a nuestros países", agregó Valdivia.
El diplomático anunció que la embajada de México en Colombia y el FCE forjaron una alianza para realizar una serie de eventos "en los próximos días, semanas, meses y años, para reconocer el legado de García Márquez, conforme a la estatura infinita y perenne del Nobel".
"Aquí hemos venido a celebrar la vida de un grande", enfatizó Valdivia, quien abrió la jornada de la Gabo-Lectura con un fragmento de Los funerales de la Mamá Grande.
La poetisa Piedad Bonnett continuó con un fragmento de Cien años de soledad, en el que hace referencia a la muerte del coronel Aureliano Buendía, y al micrófono fueron llegando los otros escritores y académicos.
Y pasaron los estudiantes, el funcionario que se escapó de su oficina, la ama de casa, la secretaria, el hombre del común, quienes leyeron fragmentos de Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, El general en su laberinto y sus columnas en los diarios.
Gabo no estaba porque su cuerpo en ese momento ya era ceniza en la Ciudad de México, pero estaba toda su obra en los estantes de la librería del FCE, sus fotografías estaban ahí en una pequeña exposición que resumía la vida y la obra del narrador más grande de la literatura universal, después de Miguel de Cervantes Saavedra.
La jornada de la Gabo-Lectura finalizó en uno de los auditorios del Centro Cultural Gabriel García Márquez (CCGGM), en donde se transmitió en directo el homenaje del gobierno mexicano en Bellas Artes.
No hubo lágrimas porque quizá ellas estaban dentro de cada uno de estos colombianos y mexicanos que se congregaron para rendir tributo al inmortal Gabo, a un gigante de la literatura universal.
sc