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Para Estela de Carlotto, la activista argentina de derechos humanos y presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, su estancia en México en estos días le han traído recuerdos de aquellos momentos desesperados que vivió en Argentina en los años 70 con la desaparición forzada de su hija Laura Estela Carlotto, debido a la dictadura militar de esa época.

Por eso, dice, se siente con la obligación moral y sentimental de apoyar a los padres de los 43 normalistas desaparecidos de la normal de Ayotzinapa, Guerrero. Así lo hizo hace unos días al reunirse con algunos familiares de los alumnos y lo reiteró hoy en una conferencia de prensa realizada en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara.

"No puedo darles receta, no puedo decirles esto hicimos en Argentina porque cada país tiene su idiosincrasia. No hay receta para esto pero sí hay cosas en común que les puedo decir y es no bajar los brazos, siempre manifestarse, hacer visible esta lucha, no creer todo lo que se dice hasta no tener las pruebas suficientes, tampoco creer aquellos agravios terribles que desmerecen a las víctimas y tener confianza en ese amor de familia, sobre todo en este caso, que se trata de un pueblo pequeño muy empobrecido, de familias humildes que estaban costeando la educación de sus hijos como una forma de progresar", recomendó la activista.

De Carlotto, que en agosto pasado logró reencontrarse con su nieto Ignacio Hurban, quien nació durante el cautiverio de su madre, exhortó a los familiares de los normalistas no dejar su lucha hasta obtener respuestas claras. "Cuantas veces a nosotros se nos decía que paráramos, que miráramos para delante, era la invitación para la condena a una sociedad a convivir con los asesinos. Si esto no se esclarece y se condena, esto se repite, porque es el mal ejemplo de que el Estado no se compromete", dijo.

Durante la conferencia, el padre de unos de los normalistas tomó la palabra, agradeció el apoyo de Carlotto y pidió comprensión por el dolor que siente al ser un padre que ha perdido a un hijo. "Nuestro único delito fue enviar a nuestros hijos a una normal de pobres porque no tenemos dinero para pagar una normal particular, somos campesinos. Yo tengo apenas el segundo año de primaria porque no tuve quien me apoyara. Pero en medio del dolor, el que todos ustedes nos digan que nos apoyan me dan fuerzas", dijo al borde del llanto.

La emotiva intervención fue aplaudida por el público ahí presente y Carlotto expresó su apoyo como una madre que también padeció el horror de la desaparición forzada de su hija.

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