El filósofo y escritor español Fernando Savater (1947) aseguró hoy aquí que la figura del intelectual moderno está comprometida a establecer criterios claros en sus obras, y que esto se debe a que es una obligación que le encomiendan sus lectores y críticos.

Al dictar la conferencia "Literatura y convivencia", en el Auditorio General de la Universidad de Guanajuato, como parte de las actividades del Festival Internacional Cervantino, el narrador describió al pensador como una persona intelectual, aunque hay aquellos que no escriben o que no tengan necesidad de hacer oír su voz.

No obstante, dijo, "los libres pensadores, aquellos que uno conoce, son los que utilizan su palabra para expresar un pensamiento libre y no un pensamiento con un final".

"El pensador es un personaje incómodo, porque no se decide a participar en el foro de las voces de los demás, sino que sostiene posturas distintas. Creo que los libres pensadores son muy apreciados, como aquellos del pasado que son admirados; sin embargo, de los actuales no se habla bien", expresó el autor del best seller "Ética para Amador" (1995).

En este sentido, expuso, hay que esperar un siglo más y que hayan muerto para que se hable bien de ellos, pues cuando está vivo es un pensador que no le gusta a nadie, es un personaje que crea su conformidad.

"El libre pensador conformista es el que no se casa con nadie, es decir, aquel que de alguna forma tiene que desagradar a todo mundo, y siempre dice algo que perturba, incluso cuando se le está dando la razón", afirmó.

Añadió que el libre pensador tiene dos facetas importantes en su visión, la primera es que tiene que transgredir los límites establecidos de lo conveniente, decente y aceptado, y la segunda función es la de defender ciertas ideas que se han olvidado y principios que son valiosos.

rqm