La nota diplomática del gobierno de México por una comunicación privada del papa Francisco - que expresa el deseo de Jorge Bergoglio de que Argentina evite una "mexicanización- fue entregada de manera directa al nuncio Christophe Pierre, quien ha mantenido una actitud muy discreta y prudente en la relación bilateral, nos dicen.

Hasta ahí la va a dejar la Cancillería mexicana, a cargo de José Antonio Meade, pues la administración federal no quiere un pleito con tres instituciones, figuras muy poderosas e importantes en el territorio nacional y en el mundo: el Papa, El Vaticano y la iglesia y jerarquía católica mexicanas, nos comentan.

Sin embargo, nos hacen ver, los obispos mexicanos parecen tener una actitud mucho más activa y hasta cierto punto de revancha, por la situación de inseguridad que se vive en algunas zonas del país y los ataques del crimen organizado a algunos miembros del clero.

Los integrantes del Episcopado Mexicano son los que han llevado a Roma los reportes de la situación en México, nos recuerdan.

Y, para que usted vea que la jerarquía católica no se va a guardar en los próximos días, la autoridad civil tomó nota de la más reciente declaración del cardenal Alberto Suárez Inda, quien calificó de picosas y atrevidas las expresiones del Papa sobre la situación que enfrenta México en materia de seguridad, por lo que es necesario recuperar el prestigio de esta Nación ante todo el mundo.

"El Papa tiene algunas expresiones muy atrevidas y muy picosas en cierto sentido, y a mí me duele que el Papa, como también toda Europa, consideren que México ahorita no es precisamente un buen ejemplo", dijo el también arzobispo de Morelia.

Lo cierto, es que el gobierno mexicano no se va a meter en expresiones "picosas"; no quiere pelea con don Jorge Bergoglio, nos dicen.

¿Los obispos mexicanos dejarán el tema en paz?