La historia de venganzas azules la vivió anteriormente Germán Martínez, quien fue orillado a dejar la presidencia del PAN por los magros resultados de las elecciones del 2009, nos recuerdan.

Ahora, nos dicen, toca el turno a Gustavo Madero, con una variante poderosa: el ex presidente Felipe Calderón lo quiere fuera de la dirigencia de Acción Nacional, en el contexto de la sucesión de la dirección panista.

Una vez pasada la aduana del 7 de junio, está cantada la guerra intestina en el PAN, la noche de los cuchillos largos.

El calderonismo en pleno arremete contra don Gustavo Madero, quien ha entregado los peores resultados en los últimos 25 años, asestó ayer Margarita Zavala, esposa de Calderón y contendiente por la dirigencia azul.

El senador Ernesto Cordero dijo que Madero estaba en todo menos en lo que debía: apuntalar al PAN.

Y así vienen los panistas que de plano van por la cabeza de Madero y hasta le pondrán piedritas en el camino para que no llegue a la coordinación parlamentaria en la Cámara de Diputados en septiembre próximo.

Va a correr sangre azul, nos alertan.