"Llega México a cumbre fuerte por reformas"
OPERATIVO. Elementos del Estado Mayor revisan a todos los que ingresan a la zona centro de Toluca, donde hoy inicia la Cumbre de Líderes de América del Norte. (Foto: SAÚL LÓPEZ CUARTOSCURO )
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WASHINGTON.— Cuando los presidentes de México y Estados Unidos, Enrique Peña Nieto y Barack Obama, se vuelvan a reencontrar este miércoles en la Ciudad de Toluca, la habilidad de ambos para bregar por esa barrera de amistad-enemistad que siempre ha marcado las relaciones entre ambos países será esencial para determinar si acaso la cumbre trilateral será una oportunidad perdida, o un encuentro para relanzar el diálogo y el liderazgo del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Su reencuentro podría ser además el preámbulo de una invitación que el presidente Barack Obama podría extender a Enrique Peña Nieto para que éste realice una visita de Estado en otoño próximo, según ha trascendido en Washington.
“La diplomacia es esa posibilidad que permite a los políticos pasar por encima de desencuentros para poder reforzar lo poco o lo mucho que tengan en común y creo que la cumbre trilateral de Toluca ofrecerá esa oportunidad”, aseguró a EL UNIVERSAL Duncan Wood, director del Instituto de México del Centro Woodrow Wilson, al considerar que, aunque el encuentro no promete grandes acuerdos, los líderes de los tres países deberían dar un nuevo aliento al TLCAN.
“El problema es que en Estados Unidos no hemos visto el liderazgo que se necesita para empujar más el TLCAN. Y por eso se necesitará de mucha voluntad política para conseguir acuerdos concretos”, dijo.
Para el especialista, el encuentro de Toluca permitirá a los gobiernos de los tres países superar desencuentros o malos entendidos. Como por ejemplo, las fricciones entre México y Canadá por el tema de los visados y los malos entendidos entre Washington y la ciudad de México por el asunto del espionaje y el nuevo esquema de cooperación en materia de seguridad.
Pero, además, “esta será una oportunidad para el presidente Enrique Peña Nieto para tratar de conseguir una forma de realineamiento; un momento para demostrar que México es una potencia emergente”, en el marco de las reformas que aún se encuentran en fase de implementación, pero que a pesar de ello son seguidas con mucha atención por sus principales aliados.
“Es un momento para demostrar que México está resurgiendo como un socio fuerte que busca un tratamiento más igualitario y mayor respeto de sus aliados en el TLCAN”, enfatizó.
A pesar que desde la Casa Blanca han sido muy cautos a la hora de anticipar acuerdos de alcance en Toluca, la apuesta en favor de enganchar el TLCAN a la órbita de la Alianza Transpacífica (TPP) será la que mayor atención y energía reciba del presidente Barack Obama.
Aunque el énfasis de la cumbre trilateral será el económico, funcionarios de la administración y analistas de las relaciones bilaterales reconocen que el tema de la seguridad no podrá ser soslayado, aunque se abordará de forma muy general.
Además, teniendo en cuenta el ambiente de ingobernabilidad en el vecino estado de Michoacán, el presidente Obama se cuidará mucho de criticar las acciones del gobierno mexicano y se limitará a reiterar el apoyo que ha ofrecido EU en el marco de la Iniciativa Mérida, particularmente el apoyo para la modernización del aparato judicial y el robustecimiento de las instituciones policiales.
En lo que la mayoría de los analistas y representantes de la Casa Blanca coinciden en señalar es que, durante su encuentro en Toluca, el presidente Obama dará un espaldarazo a las reformas del presidente Peña Nieto, aunque la ausencia de leyes secundarias obligará a extremar la cautela y la prudencia en el lenguaje. Un último apartado será dedicado a programas para la educación, en el que se podrían dar a conocer nuevos estímulos para la formación de nuevos profesionistas de México en Estados Unidos y una apuesta en favor del desarrollo de la tecnología.