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Iguala, Gro.— Familiares de los 42 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, se manifestaron frente a las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ubicadas en Iguala para exigir el regreso con vida de sus hijos.

En punto de las 13:00 horas, los padres de familia llegaron a la puerta principal del 27 Batallón de Infantería acompañados por el abogado de la organización Tlachinollan, Vidulfo Rosales, así como por un grupo de personas que aseguran ser estudiantes de distintas escuelas en el Distrito Federal.

Con consignas como “¡Queremos que nos entreguen a nuestros hijos!”, “¡Asesinos!”, los familiares se apostaron en la entrada que ya era custodiada por militares para impedir el paso.

Por tres horas los manifestantes exigieron que les entregaran a sus hijos y reprocharon que la Defensa Nacional no brindó apoyo a los normalistas el día en que fueron atacados por la policía municipal de Iguala y entregados al grupo criminal Guerreros Unidos.

Al fijar la postura a nombre de los familiares de los normalistas desaparecidos, Vidulfo Rosales exigió que la Procuraduría General de la República (PGR) investigue a los militares que el 26 de septiembre se encontraban cerca del lugar y que negaron el apoyo a los jóvenes aquella noche.

“Esta es la primera movilización que hacen los padres en una instalación militar y continuaremos. Exigimos que se abra otra línea de investigación en contra de los militares por no haber actuado de inmediato, por haber dejado pasar el tiempo”, enfatizó.

Preparan equipo antimotines

Mientras se manifestaban, los militares tenían preparados a unos cien elementos con equipo antimotines escondidos en caso de que los manifestantes intentaran ingresar a las instalaciones castrenses.

“Van a sentir en carne propia lo que nosotros sentimos” o “¿Les gustaría que el 44 fuera alguno de sus hijos?”, fueron algunas de las consignas por parte de los padres de familia.

Llorando, algunas de las mujeres pedían a los militares que les regresaran a los estudiantes; incluso, uno de los señores que llegó en el contingente encaró a uno de los elementos.

“¿Por qué no hicieron nada ese día? ¡Contésteme, que le estoy hablando!”, gritaba ante uno de los militares el hombre que no se identificó.

Con un tono de voz alto, el señor hacía responsable al Ejército de la muerte de los normalistas.

“¿Por qué no hicieron nada por nuestros muchachos? ¡Contésteme y véame que le estoy hablando!”, decía el señor a uno de los elementos castrenses.

Mientras los militares estaban alertas en caso de requerir el apoyo antimotines, los familiares y el grupo de personas que los acompañaban —algunos con el rostro tapado—, reiteraban que querían a sus hijos de vuelta con vida.

“Traidores, ahora les toca que sufran ustedes. Si nos quieren matar, háganlo, no tenemos miedo porque ya los perdimos”, enfatizaban.

Tras dos horas los familiares se apostaron a las orillas y el grupo de los que se decían estudiantes siguieron con las consignas contra del Ejército y exigiendo el regreso de los normalistas.

Sin que se registraran incidentes, a las 16:00 horas el contingente de unas 160 personas se retiró, pero advirtió que sería el comienzo de las protestas fuera de instalaciones castrenses ya que, para ellos, los militares también son responsables de la desaparición de los jóvenes estudiantes de nuevo ingreso cuyo paradero se ignora desde el 26 de septiembre en Iguala.

El miércoles en Ayutla de los Libres otros manifestantes pidieron el retiro de los retenes militares.