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Vive izquierda crisis de relevo de cuadros

Carina García y Francisco Nieto| El Universal
Lunes 30 de diciembre de 2013
Vive izquierda crisis de relevo de cuadros

DIRIGENCIA. Pablo Hernández, subsecretario de Formación Política del PRD, afirma que a ese partido le hace falta refuerzo generacional, más que relevo. Lamenta “que tengamos que regresar a papá porque los hijos no pudieron”. (Foto: FOTOS ARCHIVO EL UNIVERSAL )

En 25 años el PRD no ha podido formar cuadros, señalan

politica@eluniversal.com.mx  

La ausencia, por enfermedad, de Andrés Manuel López Obrador durante la discusión y consumación de la reforma energética, reveló la imposibilidad de un relevo generacional fuerte en las filas de ese espectro político, reconocen militantes y académicos.

En el PRD, cuatro de cada 10 militantes tienen entre 15 y 30 años. Pero su clase dirigente alcanza los 60 años con Jesús Zambrano.

El Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano (MC) son liderados por políticos de los años 50, Dante Delgado y Alberto Anaya, respectivamente.

En el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), en trámite para ser partido, el liderazgo moral de López Obrador, de 60 años, opaca al formal de Martí Batres, de 46.

Así, el tema está en la agenda. “Lo que pasó nos lleva a reflexión, ¿Qué pasa en Morena si Andrés no está?”, se pregunta Ricardo Ruiz, ex líder del PRD en la capital.

“Está su hijo (Andrés Manuel López Beltrán) pero ¿tendrá la capacidad de aglutinar? Está difícil”, reconoce el también ex presidente del Consejo Nacional del PRD.

En el PRD la dirección es más colegiada “pero si hacemos un recuento tampoco ha habido rotación” a una nueva generación, dice.

Pero si la afección de López Obrador —un infarto del que se recupera desde el 7 de diciembre— le obligó una pausa; eso hizo aún más notorio el retorno de Cuauhtémoc Cárdenas, de 79 años.

Su regreso al activismo fue para la defensa de la soberanía energética del país, pero aún se insiste en que vuelva a conducir al PRD.

En esta coyuntura “creo que lo que más le conviene al PRD es que él esté al frente y encabece”, reconoce Pablo Hernández, subsecretario de Formación Política del PRD.

“Pero por otra parte se me hace un escándalo que en 25 años el PRD no haya podido construir una figura que lo dirija y que tengamos que regresar a papá porque los hijos no pudieron”, añade.

Hernández, una de las caras nuevas del perredismo, está inmerso en el tema, pues tiene 24 años; a los 18 fue el consejero nacional del PRD más joven, fue subsecretario juvenil y es uno de los impulsores de las Juventudes de Izquierda (JIZ), que en noviembre consiguió el reconocimiento estatutario como instancia nacional de jóvenes.

“En 25 años sólo dos candidatos a la Presidencia (Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador) denota que sí, claramente, hay una crisis de relevo generacional”, advierte, al extender la crítica a Morena.

Ahí “hay figuras jóvenes, pero es partido de una persona: López Obrador, y ahora que tuvo un infarto, pues eso se vio”. Por eso, más que relevo y sustitución, en la izquierda urge un refuerzo.

“Ellos (los dirigentes) se sienten todavía con mucha fuerza, ¡Si fuera por ellos se quedarían para siempre!… buscamos refuerzo generacional, más que relevo, porque éste suena a que se quiten ellos para que lleguemos nosotros, y no”.

AMLO fuerte, partido nonato

Para los ex perredistas Jesús Martín del Campo, secretario de Asuntos Laborales de Morena y Froylán López Yescas, de educación política, la presencia de López Obrador es fuerte, pero se trabaja para que el partido también lo sea.

Por eso una de las prioridades es la escuela de cuadros jóvenes, pero hay desencanto en la política.

Del Campo —surgió del movimiento estudiantil de 1968— expone que por eso Morena se centra en prestigiar la política, con la ventaja de no contar con cargos que repartir y que distraigan de los objetivos.

Además, pese a la desilusión en la política, los jóvenes por naturaleza luchan por la ecología, por espacios libres para cultura y ante la falta de oportunidades, de trabajo, sí participan y se integran.

Para López Yescas además, “no es ninguna pena reconocer que el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador es muy importante, sin embargo la organización es lo que hace que sigamos adelante”.

Juventud perdida

El que menos caras nuevas ofrece es el PT, creado hace 23 años y en cuya estructura no existe aún ninguna instancia juvenil. Sus dirigentes son los mismos y su Comisión Ejecutiva Nacional promedia los 55 años.

En MC está Jóvenes en Movimiento, con reconocimiento como órgano partidista, militancia y escuela de cuadros.

Morena tiene secretaria de jóvenes, pero MorenaJE, (Morena Jóvenes y estudiantes) fue estrategia electoral, juvenil y de redes sociales que operó en la campaña de 2012 y prácticamente desapareció.

Ahora se reconstruye el ala juvenil de Morena y hay liderazgos en edad media, como Martí Batres y Claudia Sheinbaum, opacados por la figura de López Obrador.

Carecen de carisma, no son líderes porque, analiza el politólogo, investigador y académico del Tecnológico de Monterrey, Gustavo López Montiel, siempre fueron seguidores, les fueron asignadas tareas de “operadores, negociadores y administradores y no desarrollaron liderazgo propio”.

Lo mismo en el PRD y para Pablo Hernández se debe a que históricamente la incorporación juvenil fue automática y su ascenso rápido.

Cuando el PRD nació eran jóvenes quienes están o han estado en los puestos de gobierno, dirigencia o legislativos: Amalia García, Rosario Robles, René Bejarano, Dolores Padierna, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, los últimos dirigentes de la corriente dominante, Nueva Izquierda (NI).

Luego, emanados de huelgas universitarias (1987 y 1999) llegaron Batres, Sheinbaum, Carlos Imaz y después Ariadna Montiel, (del Consejo General de Huelga) hoy diputada y de Izquierda Democrática Nacional (IDN) que encabeza Bejarano; Víctor Hugo Romo, jefe delegacional de Miguel Hidalgo e integrante del Foro Nuevo Sol (FNS).

Otros son de generación intermedia aunque no nueva y han ocupado cargos, como Silvano Aureoles, del FNS, líder de la diputación federal del PRD o el ex jefe de gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard.

Pero la suma de líderes sociales al PRD ya no es natural, valora Ricardo Ruiz, por alejamiento de las luchas sociales. Por ejemplo el movimiento #YoSoy132 no se acercó al PRD, pues participar está condicionado a ser leal a una corriente, dice.

Lo que hay, asegura, “son perredólogos, jóvenes que tienen estadísticas, operan para los líderes, y como las corrientes tienen cuotas les es más funcional tener lealtad de corriente para acceder a un puesto, que formarse ideológicamente”.

Cuotas juveniles

El Estatuto del PRD garantiza a los menores de 30 años (el PRD tiene militantes desde 15 años) una de cada cinco candidaturas plurinominales. Pero las ocupan familiares, ante la ausencia de una organización juvenil fuerte.

La regla ha servido “para poner hijos, sobrinos o trabajadores de los dirigentes y no necesariamente a cuadros políticos, aunque sí los hay”, advierte Pablo Hernández.

En la Cámara de Diputados hay varios botones: Crystal Tovar Aragón, de 22 años, sin participación previa, sobrina de Hortensia Aragón, ex líder de Foro Nuevo Sol.

Johnatan Jardines trabajó en la delegación Gustavo A. Madero con el hoy diputado local Víctor Hugo Lobo y aunque su cargo era administrativo, fue chofer.

O Luis Espinosa Cházaro, cuyo trabajo partidario anterior fue de asesor del líder Jesús Zambrano.

En Morena Luisa María Alcalde, imagen de ese movimiento, y quien antes de 2012 no tenía participación partidista. Es hija de Bertha Luján, secretaria general.

Espacio a codazos

La situación podría cambiar tras el reciente Congreso del PRD, que formalizó a las JIZ como instancia juvenil y avaló darle 2% del gasto ordinario perredista.

Para Jesús Zambrano, líder nacional del PRD, tendrán “facilidades para que despliegue su trabajo y que tengamos una propuesta programática a la altura”.

“Se abrirá todo un nuevo panorama para los jóvenes y su participación, aunque el relevo generacional ya está y están haciendo muy buen papel”, indica Denisse Pacheco, secretaria juvenil del PRDDF.

También para Hernández, las JIZ podrán ser la vía para incorporar a los jóvenes primero a la política y eventualmente al PRD, camino que hoy no existe.

Hoy “aquí es más bien como abrirse camino a codazos, pero es normal, la política es ese equilibrio entre los que quieren entrar y los que no quieren salir”.



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