La ayuda llega lenta a poblados de Oaxaca
RIESGO. El gobierno declaró en estado de emergencia a 49 municipios de la entidad en zonas como la Costa, Sierra Sur, Istmo y Mixteca. (Foto: JORGE LUIS PLATA REUTERS )
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EL CHARQUITO, Oax.— Don Cornelio mira desesperado la enorme laguna sobre la carretera. La necesidad de cruzar a Pinotepa Nacional para llevar al médico a su nieta de seis años lo invita a tratar de arriesgarse. “Debería estar un tractor aquí”, dice angustiado.
Miles de personas están afectadas por la torrencial lluvia.
El gobierno otorgó ayer a Oaxaca la declaratoria de desastre natural en 11 municipios y de estado de emergencia en 49.
La declaratoria es para municipios de la Costa, Sierra sur, Istmo y Mixteca que se vieron afectados por las lluvias severas registradas los días 12, 13 y 14 de septiembre, según el gobierno estatal.
A partir de esta declaratoria se activan los recursos del Fondo para la Atención de Emergencias (Fonden), por lo que las autoridades contarán con dinero para atender las necesidades alimenticias, de abrigo y de salud de la población.
Sin embargo, hasta ayer en este parte la ayuda no llegaba.
Las casas siguen anegadas a pesar de que desde hace tres días no llueve, los caminos están rotos y la ayuda que reciben es casi nula.
La carretera desde Huatulco hasta Pinotepa Nacional se ha convertido en una carrera de obstáculos. Montículos de tierra se convierten en peligrosas trampas que amenazan con volcar los automóviles.
Los baches se pueden esquivar, pero los desgajamientos en los caminos abundan.
En San José del Progreso la arena invade el camino y el atasco es inevitable, se traga las ruedas. Los dueños de tractores hacen su agosto para sacarlos del atolladero.
Don Pedro, un hombre delgado y de bigote es tractorista. Su casa en San José del Progreso está ubicada justo en el cerro por donde baja agua con toda su fuerza y va a parar casi hasta su sala.
“Las autoridades hacen calle aquí abajo (a un lado de su hogar) y no ponen drenaje ni tubería para que fluya el torrente. Yo tuve que poner esta costalera y la pared que ve aquí, pero siempre se nos mete el agua”, se queja.
En los límites de Oaxaca con Guerrero, en Cuajinicuilapa, el río Milpilla se salió de su cauce para volver a donde corría hace 50 años, recuerdan los pobladores.
Al abrirse casi tres kilómetros desde su cauce, el río arrasó con un plantío de maíz, destrozó más de un kilómetro de carretera, con lo cual incomunico a esta región con Acapulco y dejó sin energía eléctrica a decenas de comunidades y un saldo preliminar de al menos cuatro mil 350 damnificados que se encuentran desamparados.
El Ejército aplicó el Plan DN-III y son los únicos que llevan algo de comida a los afectados...
“No nos abandonen”, clama una mujer a un grupo de militares que tratan de explicarle que en Acapulco el daño causado por el huracán fue mayor.
“Que Peña se dé una vuelta en helicóptero, nosotros también somos importantes”, grita Rubén Álvarez, de la comunidad de El Pitayo.
El Arenal, Banco del Oro, Terreros, colonia Miguel Alemán, El Pitayo y su cabecera municipal, Cuajinicuilapa, no tienen energía eléctrica y la Comisión Federal de Electricidad no se ha parado por aquí.
De hecho, el derrumbe de más de un kilómetro de la carretera que une a Oaxaca con Guerrero ni siquiera ha sido revisado por técnicos de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes o el gobierno estatal.
El agua arrastró cientos de mojarras que son aprovechadas por la gente, que las toma con las manos. Pero también hizo salir de sus madrigueras a decenas de serpientes, que se convierten en un riesgo latente para los vecinos que caminan descalzos.
Nadie pone orden. Los policías de Cuajinicuilapa sólo cuidan el tránsito. El edil no se da abasto para visitar a la gente afectada y tratar de llevarles un poco de víveres.
“Esto es una zona de desastre”, resume el militar al mando del Plan D-III de ayuda a la población.
Manuel Maza, director de Protección Civil del gobierno del estado de Oaxaca, confirmó que no ha habido más decesos por causa de las lluvias.