"Es cuestión de tiempo para que se maten unos a otros"
Video. En una serie de videos y audios conseguidos por EL UNIVERSAL, se escuchan las intensas ráfagas de balas, llantos y gritos de la gente que se refugia de la balacera
RECUERDO. Elementos de la Fuerza Rural dispararon sus armas en honor a los caídos en el enfrentamiento, a un costado del rancho Los Palmares, región donde prevalece la violencia desde hace más de 20 años entre grupos del crimen organizado. (Foto: JORGE SERRATOS. EL UNIVERSAL )
La Ruana.- Menos de un kilómetro de distancia es la línea delgada que evita un nuevo enfrentamiento entre los grupos comandados por Hipólito Mora y Luis Antonio Torres Morales, El Americano.
Como en una película del viejo oeste, ambos grupos se encuentran listos para el choque, únicamente la presencia del Ejército y la Policía Federal “evita” el enfrentamiento.
Sobre la avenida Lázaro Cárdenas, donde se dio el choque el pasado martes, personas vestidas de civil y con uniformes del cuerpo de seguridad creado por el comisionado, Alfredo Castillo, están listos con fusiles de asalto R-15 y pistolas Beretta calibre 9 milímetros. Algunos tienen granadas.
Frente al Rancho Los Palmares, gente cercana a Hipólito Mora vigila y se resguarda en una barricada, ante cualquier eventualidad que pueda surgir. Costales de arena y un muro de concreto de aproximadamente un metro de altura se ha convertido en el punto de encuentro de este grupo.
Metros adelante, simpatizantes de Torres se concentran en calles aledañas. A diferencia de los seguidores de Hipólito Mora, la gente de El Americano no cuenta con barricadas, pero sí con camionetas que sirven como escudo en caso de una balacera.
Por las radios de frecuencia de ambos grupos y en las conversaciones que sostienen en la calle lanzan sentencias de muerte: “Va la nuestra; van a morir como perros”, “mataron a mi compa por la espalda”. Incluso, las amenazas, también van dirigidas al gobierno: “Esos soldaditos no van impedir nada, hasta a ellos nos los llevamos”.
El padre de la parroquia Guadalupeña de La Ruana, José Luis Segura, dice que los problemas de la inseguridad en la comunidad son por la producción, trasiego y venta de droga.
La ambición por controlar la comunidad de Felipe Carrillo Puerto llevó a un encono que en los últimos meses ha costado la vida a 13 personas de ambos grupos.
En marzo pasado los cuerpos de Rafael Sánchez Moreno y José Luis Torres Castañeda fueron encontrados calcinados en el interior de una camioneta en la colonia 18 de marzo, en La Ruana. Nueve meses después, 11 personas más perdieron la vida en un choque a un costado del rancho Los Palmares.
En medio de la disputa, se encuentra una población dividida que se acostumbró a la violencia e inseguridad instaurada desde hace más de 20 años por grupos como Los Zetas, La Familia, Los Caballeros Templarios, autodefensas y ahora la Fuerza Rural.
Desde hace dos días, por las mañanas, camionetas y camiones del Ejército vigilan las calles de La Ruana, pero al llegar la noche, la oscuridad y el silencio se apoderan de este poblado que se ha acostumbrado a callar por el temor a morir o desaparecer como ha sucedido en los últimos años a varios de sus pobladores.
Para ellos no habrá paz, porque la disputa entre ambos grupos “apenas comienza”. Sólo es cuestión de días, comenta una madre de familia, que perdió a sus dos hijos.
“Todos sabemos que esto no se va a quedar aquí, apenas comienza. Esto es algo absurdo, pero la gente de aquí no sabe perdonar. Es cuestión de tiempo para que se maten unos a otros”, comenta la madre de familia, en anonimato, ante el temor a represalias.
jram