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El futuro de Amanda Bynes sigue pendiendo de un juicio. El viernes, la actriz debió presentarse a una audiencia para decidir si seguía bajo observación siquiátrica o se le dejaba libre. Pero Bynes decidió no asisitir a la corte.

Bynes fue puesta bajo atención siquiátrica el lunes después de que las autoridades dijeran que desató un pequeño incendio en la entrada de una casa en Thousand Oaks, un suburbio de Los Angeles donde creció. Desde entonces, Amanda ha pedido que se le libere y de hecho, ella había pedido la audiencia del viernes.

Pero, aconsejada por su abogado, decidió aplazar la petición confiando en que los medicamentos que actualmente se le suministran, la pongan en una mejor condición física y emocional.

“De esa manera puede convencer al juez de que la libere”, explicó el abogado. La nueva audiencia se fijó para el próximo 1 de agosto.

Mientras tanto, los padres de Bynes están profundamente preocupados de que su hija pudiera lastimarse o a otros a menos de que se les permita tomar control de su salud y finanzas, según documentos presentados en la corte.

La petición presentada por Richard y Lynn Bynes el viernes detalla los incidentes públicos de su hija de 27 años en los que ha mostrado comportamiento preocupante, incluidos varios arrestos, sino que revela que la ex estrella infantil ha expresado temores de ser observada con cámaras ocultas en detectores de humo y el tablero de su auto.

“Nos preocupa que las cirugías que quiere tener sean peligrosas y afecten su salud”, expresaron los padres de la actriz en la petición de custodia que les fue negada.