Francia, entre el duelo y el miedo a ataques
DUELO. Ciudadanos guardan un minuto de silencio frente a la catedral de Notre Dame, en París, en memoria de las 12 víctimas del atentado contra "Charlie Hebdo". (Foto: IAN LANGSDON / EFE )
PARÍS.— Cientos de policías buscaban ayer a los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, los dos sospechosos del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo en Corcy, una pequeña localidad de 300 habitantes del departamento del Aisne, cerca de la frontera con Bélgica.
La policía no quería confirmar ninguna información, pero los medios de comunicación de la región difundían imágenes de agentes de las fuerzas especiales armados hasta los dientes que habrían localizado a los terroristas. Los dos fugitivos son franceses hijos de argelinos y ya se encontraban bajo vigilancia policial. Uno de ellos, Saïd, habría estado 18 meses en prisión por tratar de viajar a Irak hace una década para pelear como parte de una célula islamista. Se dice que recibió entrenamiento en Yemen en 2011 con los militantes de Al-Qaeda en la Península Árabe (AQAP).
Hace poco, una publicación de propaganda de la AQAP instó a perpetrar ataques en países occidentales y citó el nombre del redactor jefe de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, uno de los asesinados el miércoles.
De Chérif se sabe que fue repartidor de pizzas y que soñaba con ser una estrella del rap.
La cacería de ambos empezó desde que a las 10:30 de la mañana de ayer fueron identificados en una estación de servicio de una carretera cercana a la localidad de Villers-Cotterets. Poco después, tras abandonar su auto, los sujetos se habrían dirigido a Corcy para adentrarse en el bosque de Longpont, una zona de espesa vegetación de 13 mil hectáreas que la policía cercaba anoche. La localidad estaba siendo peinada casa por casa. Un policía reconoció a un periodista del diario Le Monde: “Es una cacería humana, sí”.
El gobierno francés movilizó ayer a 88 mil agentes de seguridad en un plan de máxima alerta para vigilar infraestructuras estratégicas, edificios emblemáticos, redes energéticas, transportes, las sedes de todos los medios de comunicación y todos los lugares susceptibles de concentraciones de ciudadanos. La tensión era máxima en París. Agentes en parejas o en tríos, la mayoría armados con fusiles de asalto e incluso algunos con rifles de tirador de élite con mira telescópica, patrullaban ante la catedral de Notre Dame, el Centro Pompidou y otros sitios populares.
La policía también buscaba a un tirador solitario que ayer por la mañana asesinó a una policía de 25 años al sur de París. Aunque este hecho no ha sido vinculado con el ataque del miércoles a la revista Charlie Hebdo, en la que murieron 12 personas, sí fue calificado como un acto terrorista. Un hombre de 52 años fue detenido en relación con ese último asesinato, pero se desconoce si es el tirador.
El ministro del Interior, Bernard Cazenueve, también dijo que hay otros 9 detenidos relacionados con el ataque del miércoles, —todos del entorno de los presuntos asesinos— y que han sido interrogados más de 90 testigos.
Los sobresaltos eran continuos. Anoche explotó un coche-bomba en Villejuif, al sur de París. No causó víctimas ni heridos y la policía descartó que tuviera relación con los otros ataques. Sin embargo, el primer ministro Manuel Valls reconoció que “nuestra principal preocupación” es que se registren más ataques, mientras la comunidad musulmana externaba su miedo a una ola de islamofobia que los convierta en blanco de agresiones.
Con la alerta antiterrorista en su máximo nivel, y extendida a la región de Picardía, en el noroeste, el país vivió su jornada de duelo nacional. A las 12:00 del mediodía se guardó un minuto de silencio. En la sede de la revista, el número 10 de la calle Nicolas Appert, se reunieron más de 100 periodistas, franceses y extranjeros. Al terminar el minuto, los presentes aplaudieron. Los ciudadanos llevaban flores, lápices, dibujos, que dejaron como homenaje en una esquina de la calle.
A algunos se les caían las lágrimas. Dominique Pradalie, del sindicato SNJ-CGT, lanzó un grito: “La libertad de expresión no se divide. Murieron como héroes y no tenemos miedo”. También había flores frente al número 62 del Boulevard Richard Lenoir, donde los terroristas ejecutaron de un tiro en la cabeza al policía musulmán Ahmed. A las 20:00 horas locales, la Torre Eiffel apagó sus luces en señal de duelo, en París.
El gobierno francés convocó a los ciudadanos a una “gran marcha republicana” este domingo, y a una cumbre con los responsables del Interior de los países europeos más afectados, como España, y de Estados Unidos.
Charlie Hebdo anunció que planea imprimir un millón de copias el miércoles, casi 30 veces su tiraje usual.
Los medios franceses ofrecieron fondos y espacios para asegurarse de que la edición esté lista a tiempo. El diario británico The Guardian anunció una donación de 150 mil dólares para garantizar que Charlie Hebdo no sea silenciada. Con información de Agencias