Madrid.— Un Airbus A320 de la aerolínea alemana de bajo coste Germanwings, que cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf, se estrelló ayer en un lugar de difícil acceso de los Alpes en el sur de Francia con 150 personas a bordo, de las que la mayoría eran de nacionalidad alemana y española.

Aún se ignoran las causas de la tragedia. Sólo se sabe que el avión estuvo perdiendo altura y que en apenas 8 minutos pasó de 9 mil metros (29 mil pies) a mil 800 metros (6 mil pies) hasta que desapareció de los radares y chocó en el Massif des Trois-Évêchés (Macizo de los Tres Obispados), en la región de Alpes de Haute-Provence. En Washington, la Casa Blanca dijo que el accidente no parece haber sido provocado por un ataque terrorista.

Miembros de los equipos de rescate que llegaron en helicóptero a la zona del siniestro, situada a 2 mil metros de altura, reconocieron que la escena era espantosa. El avión completamente desintegrado y restos humanos esparcidos por las montañas. Según el presidente del Consejo General de la región de los Alpes-Alta Provenza, Gilbert Sauvan, el resto más grande del avión tiene el tamaño de un coche.

El accidente conmocionó a España, a Alemania y a Francia puesto que el avión llevaba entre sus pasajeros a 16 jóvenes estudiantes alemanes que habían pasado una semana en un pueblo de Barcelona en un intercambio escolar, a sus dos profesores, a varios turistas alemanes que regresaban de sus vacaciones, y a 47 españoles. Dos colombianos, dos argentinos, dos australianos, un danés y al menos dos británicos. Autoridades mexicanas informaron que tienen datos de que había tres personas de esa nacionalidad entre los pasajeros.

El ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve explicó que las condiciones meteorológicas no eran especialmente malas, que el comandante del vuelo llevaba una década trabajando para Lufthansa y tenía más de 6 mil horas de vuelo, y que se había localizado una caja negra que ya está siendo analizada.

Según el Ministerio de Exteriores francés, el avión, que había hecho el mismo trayecto pero en sentido contrario esa misma mañana, era uno de los más viejos de la compañía. Había sido construido en 1990 y entró en servicio un año después y antes de pasar a formar parte de la flota de Germanwings, en enero del año pasado, había volado con los colores de Lufthansa.

La última revisión técnica en profundidad fue en verano de 2013, pero el lunes pasó una comprobación de carácter rutinario. Tenía 58 mil 300 horas de vuelo. También explicó que la aeronave no emitió ninguna llamada de emergencia sino que fue el controlador del aeropuerto más cercano el que dio la voz de alarma cuando detectó la pérdida continua de altura. Según los responsables del operativo desplegado, rescatar los cuerpos llevará varios días ya que la violencia del choque dispersó los restos en el perímetro de una hectárea de muy difícil acceso.

Germanwings confirmó que miembros de su tripulación no quisieron volar ayer debido al accidente.

Los reyes Felipe VI y Letizia que se encontraban en París donde ayer iniciaron una visita de Estado a Francia, tras hablar con el presidente francés François Hollande y con el mandatario español Mariano Rajoy decidieron cancelar todos los actos previstos. “Queremos trasladar nuestras condolencias a las familias de todas ellas”, dijo el monarca.

El presidente alemán, Joachim Gauck, también interrumpió en Perú la gira que realizaba por Sudamérica para volver a Alemania debido al accidente. La ministra de Fomento española, Ana Pastor, viajó al lugar del siniestro en compañía de sus homólogos alemán y francesa, y Rajoy y la canciller alemana Angela Merkel irán hoy a la zona junto con Hollande. Además el gobierno español ha decretado un luto oficial de tres días y convocó un minuto de silencio para hoy a mediodía.

El Papa externó sus condolencias a través de un telegrama en el que expresó su “profunda solidaridad hacia todas las personas que se han visto afectadas por esta tragedia”. El presidente estadounidense Barack Obama hizo lo propio. Con información de agencias