Europa está conmocionada por la masacre perpetrada la semana pasada en el centro de París, contra los trabajadores de la revista satírica Charlie Hebdo llevada a cabo por dos terroristas yahadistas. Hoy los franceses se preguntan cómo es posible que los terroristas pudieran llevar a caso esos atentados, a plena luz del día, y en una gran ciudad como París. Cómo si los autores de la masacre, los hermanos Cherif y Said Kouachi, figuraban en los registros de los servicios antiterroristas, tenían antecedentes por actividades yihadistas, los dos habían recibido entrenamiento en Yemen y uno de ellos incluso había estado en la cárcel en el 2008 por reclutar yihadistas en París para enviarlos a Irak; no estaban siendo vigilados. Y si lo estaban, cómo las fuerzas de seguridad no se dieron cuenta del atentado que estaban preparando. Tampoco se entiende cómo podían tener tal arsenal de armas. ¿Qué fue lo que falló en las fuerzas de seguridad?, es la pregunta que hoy se hacen todos.

Francia vivió 54 horas de terror y el peor atentado terrorista de las últimas décadas. Afortunadamente se produjeron muchas menos muertes que en los atentados llevados a cabo por AlQaeda el 11 de septiembre de 2004 en Estados Unidos, que el 11 de marzo de 2005 en Madrid y que el 7 de julio de 2005 en Londres. Pero se logró el mismo efecto: aterrorizar a los ciudadanos y a los gobiernos de toda Europa. Exactamente el objetivo que buscaban.

Hoy los franceses están conmocionados y el país está en máxima alerta. El plan antiterrorista Vigipirate en busca de los cómplices de los terroristas sigue en marcha en el país. Hay 15 mil agentes policiales y soldados desplegados para proteger lo que llaman "puntos sensibles". Aeropuertos, estaciones de autobuses, de trenes, mezquitas, sinagogas, sedes de gobierno... Al Qaeda ha anunciado nuevos ataques contra ese país si no cesa de "combatir el islam" así que la mayoría de los ciudadanos teme que haya más atentados. También algunos países europeos están en alerta máxima y han elevado sus alertas. Y la Unión Europea (UE) se plantea si no habría que modificar el Tratado de Schengen que permite la libre circulación de ciudadanos y de mercancías por algunos países de la UE, para reforzar así los controles en las fronteras y en los desplazamientos interiores. Son conscientes del peligro que entraña el que las dos organizaciones yihadistas más importantes: Al Qaeda y el Estado Islámico, comiencen una lucha por demostrar cuál de ellas es más violenta, más brutal, más feroz. Cuál tiene más capacidad de matar.

En las últimas horas en París se han producido falsas alarmas de bomba al igual que en otras ciudades europeas. Y la tensión y el miedo se palman en algunos barrios de la ciudad. En los barrios musulmanes los ciudadanos no quieren salir a la calle porque temen que les ataquen sólo por el hecho de profesar esa religión. Desde los atentados, muchas mezquitas han sido atacadas y no sólo en Francia, también en Suiza y en Alemania. También muchos judíos tienen medio. Se sienten desamparados. En Hamburgo (Alemania) la sede del periódico Hamburgues Morgenpost que publicó la caricaturas de Mahoma del semanario francés fue atacada con piedras y un artefacto incendiario. No hubo víctimas. En Berlín hubo ataques a medios de comunicación y en España llamadas alertando de la colocación de bombas que resultaron falsas.

Pero además de causar muertes y terror, la masacre también ha provocado que algunos partidos políticos y movimientos islamófobos para intentar ganar votos hayan puesto en macha una campaña del miedo en el que advierten de los peligros del islam. Lo hacen a través de las redes sociales y muchas veces utilizando proclamas racistas y nazis con las que intentan movilizar a sus adeptos. Para hoy lunes en Dresde (este de Alemania) hay prevista una manifestación silenciosa del movimiento Patriotas Europeo contra la Islamización en Occidente" (Pegida). También en Oslo (Noruega) hay una manifestación convocada para hoy por el mismo movimiento, mientras la rama austriaca de Pegida la celebrará el próximo 2 de febrero.

En París hoy lunes seguía el flujo constante de personas depositando flores y mensajes de pésame a las puertas del semanario satírico Charlie Hebdo y del supermercado judío Hyper Cacher, donde Amedy Coulibaly, cómplice de los autores de la matanza, asesinó a cuatro rehenes antes de ser abatido por la policía. Mientras los pocos trabajadores de Charlie Hebdo que forman parte de la plantilla tras la muerte de 12 de sus compañeros, siguen trabajando en los despachos que el diario Libération les ha prestado en su sede. El miércoles sale a la calle un nuevo número de la revista. Tendrá un tirada récord de un millón de ejemplares y seguramente se agotará en seguida. Pero no será un número homenaje ni excepcional. Sólo buscará hacer reír, según ha reconocido su director jefe Gérard Biart. Seguramente no lo logrará porque el país está roto de dolor. Eso si, el dinero recaudado se dedicará a ayudar a las familias de las víctimas.