Al menos una persona murió y tres resultaron heridas en las últimas horas en enfrentamientos sectarios en la ciudad septentrional de Trípoli, mientras que otras tres sufrieron lesiones por la caída de obuses en Ras Baalbeck (este), informó una fuente policial.

La precaria situación de seguridad de Trípoli estalló al conocerse la muerte ayer de ocho personas, entre ellas cinco niños de una misma familia, por un bombardeo sirio contra la población de mayoría suní de Arsal, en el noreste del Líbano.

En represalia, dos habitantes del barrio de Yabal Mohsen fueron atacados en un autobús y uno de ellos falleció a causa de sus heridas.

Este incidente provocó la reanudación de la violencia entre los vecinos de ese barrio, de mayoría alauí, la confesión del presidente sirio, Bachar el Assad, y sus rivales de Bab el Tebaneh, de predominio suní.

También volvieron a estar activos los francotiradores, que hirieron al menos a tres personas, mientras que el ejército ha intervenido para tratar de restablecer la calma.

Los colegios y muchos comercios de las zonas conflictivas permanecieron cerrados, ya que los disparos de los francotiradores prosiguen, aunque los combates han remitido.

Los enfrentamientos en Trípoli entre partidarios y detractores del régimen sirio son frecuentes desde hace dos años y han causado decenas de muertos.

Por otro lado, tres proyectiles cayeron hoy en la población de Ras Baalbeck, hiriendo a tres personas, sin que se sepa por el momento el origen de su lanzamiento.

La seguridad se ha deteriorado en el Líbano desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011, con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los atentados terroristas y los secuestros, además de los bombardeos.

jlc