Sierra Leona cierra fronteras en lucha contra virus ébola
Sierra Leona cerró sus fronteras comerciales con Guinea y Liberia y también sus escuelas, cines y discotecas el miércoles en una región limítrofe, con la intención de poner freno a un brote del mortal virus del ébola.
Dieciséis personas murieron de ébola en Sierra Leona, una cifra que se ha duplicado en la última semana, indicaron datos del Ministerio de Salud del país.
Las autoridades también colocarán puestos de control sanitario en el distrito de Kailahun, en el este del país, y exigió que todas las muertes sean reportadas antes de los entierros.
Cualquiera que muera con motivo del virus debe ser sepultado bajo la supervisión de personal de salud, dijo el Ministerio de Información.
La decisión de cerrar escuelas distritales se produjo luego de que un niño de nueve años cuyos padres murieron de ébola dio positivo del virus, dijo a Reuters el viceministro de Información de Sierra Leona, Theo Nicol.
"Hay más contactos entre los niños que van a la escuela que entre los adultos, de ahí el cierre de las escuelas en el distrito más afectado" , declaró Nicol. La medida eximió a iglesias y mezquitas, pero los líderes religiosos deberían recomendar a cualquiera que tenga fiebre que acuda a una clínica, agregó.
Grupos locales dieron la bienvenida a las medidas dada la preocupación pública por el virus, que puede transmitirse tocando a víctimas o mediante sus fluidos corporales.
El virus inicialmente causa fiebre alta, dolores de cabeza, dolores musculares y conjuntivitis, antes de avanzar a fases más severas que producen vómitos, diarrea y sangrados internos y externos.
Unos 328 casos y 208 muertes se vinculan al ébola en Guinea, según la Organización Mundial de la Salud, lo que convierte al brote en uno de los más graves de los últimos años. Más de la mitad de las muertes más recientes en Guinea se produjeron en la región sureña de Gueckedou, epicentro del brote que comenzó en febrero, cerca de las fronteras con Sierra Leona y Liberia.
La ciudad es caracterizada por su mercado semanal, que atrae comerciantes de países vecinos.
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