La policía lanzó granadas de estruendo y gases lacrimógenos contra unos 200 manifestantes que marcharon el domingo hacia el estadio de Maracaná, antes del partido de la Copa del Mundo entre Argentina y Bosnia-Herzegovina.

Los manifestantes, muchos de los cuales llevaban pancartas con consignas, se colocaron delante de los policías, que formaron una valla para impedirles el paso hacia el estadio.

Superados en número tanto por las fuerzas de seguridad como por los propios periodistas, los manifestantes corearon "FIFA, regrésate a Suiza", en referencia a la sede del organismo rector del fútbol. Los protestantes están indignados por el gasto colosal que ha representado la construcción de los estadios para el Mundial, mientras las condiciones en muchas escuelas y hospitales de Brasil son deplorables.

De acuerdo con un video de la agencia de noticias Associates Press (AP), un policía habría disparado con una pistola, aparentemente utilizando balas de verdad, contra el grupo de manifestantes que se dirigían al estadio.

El incidente fue captado hoy durante una protesta que reunió a pocos participantes pero que se tornó violenta.

Otro hombre, vestido de civil y quien dijo ser policía, desenfundó también una pistola e hizo dos disparos al aire, aproximadamente a kilómetro y medio del estadio.

Pedro Dantas, vocero de la agencia que supervisa todas las fuerzas de seguridad en Río, dijo que no emitiría comentarios hasta revisar el video. Aseguró que no hay reportes de que alguien haya resultado herido de bala durante la protesta.

Los hechos ocurrieron cerca del comienzo del partido entre Argentina y Bosnia-Herzegovina. Fue el primer encuentro mundialista disputado en el Maracaná desde la Copa de 1950.

"Esta noche hemos visto la misma brutalidad policial que habíamos atestiguado durante el último año, y por eso tenemos que seguir protestando" , dijo Karen Rodriguez, estudiante de 23 años, durante la protesta. 

Otra protesta se realizó en la capital, Brasilia, pero congregó apenas a un puñado de participantes. Hubo también manifestaciones poco numerosas en Porto Alegre.

Aunque el descontento por la organización del Mundial persiste entre muchos brasileños, las protestas realizadas en la última semana, cuando se inauguró el certamen, han sido menos numerosas, generalmente con apenas unos cientos de participantes.

La presencia de numerosos efectivos de seguridad frente a los 12 estadios sede del Mundial ha contribuido también a mantener las protestas bajo control.

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