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J. Jaime Hernández Agenda Washington

J. Jaime Hernández| El Universal
07:45WASHINGTON | Lunes 13 de octubre de 2014
EU en una guerra asimétrica contra el virus del ébola

El caso de una segunda persona infectada por el virus de ébola en Estados Unidos, ha colocado a la primera potencia del mundo ante un escenario de guerra asimétrica ante un virus que se ha favorecido de presuntas fallas o incumplimiento del personal médico en el riguroso protocolo de cuidado hospitalario que ha sido establecido para tratar a infectados por ese virus mortal.

Como una mujer que salta aterrorizada sobre la silla ante la aparición de un ratón, la opinión pública teme y mucho al virus del ébola que se ha encarnado, por segunda ocasión, en el cuerpo de una esmerada enfermera del Hospital Presbiteriano de Dallas, Texas.

Ante este nuevo caso, las autoridades del Hospital que se ha convertido en la zona cero del contagio en Estados Unidos, y los máximos responsables del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, reconocen que no saben cómo se produjo el contagio de una mujer que hoy enfrenta un difícil calvario.

La mascota de la enfermera, un perro, ha sido retirado de su apartamento, pero por el momento los especialistas consideran que no es necesario su sacrificio. El consenso entre los científicos es que los animales no son transmisores del virus del ébola, una convicción que extraen de la experiencia del ganado y los animales domésticos que nunca han sido afectados por el virus del ébola mientras sus dueños sucumben en distintos puntos de África.

Tras este segundo caso de ébola dentro de sus propias fronteras, la primera potencia del mundo se ha sumergido en un ambiente de temor, zozobra e histeria. De repente, la atmósfera estadounidense, tan propicia al desvarío del Apocalípsis cinematográfico, se ha tornado densa y enrarecida.

Los rumores taladran la imaginación colectiva. Las imágenes de ciudades arrasadas por una pandemia como la que cobra vida en las películas de Hollywood flotan hoy en el ambiente. En medio de este ambiente de miedo y desconcierto, el presidente Barack Obama ha ordenado una investigación a fondo que permita saber en qué momento la enfermera pudo contraer el virus del ébola del primer paciente atendido en el Hospital de Dallas.

Según las teorías desmenuzadas ayer por Thomas Frieden, el máximo responsable del CDC, el riguroso protocolo para el cuidado de pacientes de ébola pudo incumplirse durante el tratamiento de diálisis o en momentos en que el paciente recibía respiración asistida. Cuando el personal médico retira los tubos del paciente, cuando este se encuentra bajo respiración asistida, es cuando mayor es el riesgo de contagio.

En cualquier caso, todo parece indicar que los responsables del CDC no confían más en los profesionales del Hospital Presbiteriano de Dallas. Por ello, han enviado a un nuevo contingente de médicos para entrenar a todo el personal y para establecer una nueva figura de supervisor que se encargará de vigilar todos y cada uno de los pasos y movimientos del personal que atiende a los contagiados con el fin de evitar nuevas sorpresas.

El caso del segundo infectado por el virus del ébola se produce en momentos en que la muerte de Thomas Eric Duncan, el ciudadano de origen liberiano que murió el pasado 8 de octubre, ha desatado una tormenta de críticas por la incompetencia, pero también por el tufo de racismo e indiscriminación que se produjo durante el manejo de este paciente.

Las circunstancias en las que fue admitido de forma tardía Thomas Duncan en el Hospital Presbiteriano de Dallas, el tipo de medicamento y tratamiento al que se le sometió y las fallas en cadena que resultaron fatales, han sido denunciadas por miembros de su familia en Estados Unidos que consideran que Duncan, de 42 años, "recibió un trato pobre e injusto".

A estas denuncias se ha sumado el reverendo Jesse Jackson, una figura legendaria en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, quien ha decidido hacer suya la causa de la familia de Thomas Duncan para denunciar el trato discriminatorio que las autoridades le dispensaron:

"Las dos primeras víctimas de Ebola de Estados Unidos fueron traídas desde Africa en vuelos especiales, se les trasladó a hospitales especializados de Atlanta y Nebraska para que recibieran un tratamiento rápido que salvó sus vidas. Esto no ocurrió, sin embargo, en el caso de Thomas Duncan", lamentó Jackson para presentar esta muerte como un caso de incompetencia, pero también de discriminación que demostró que el color de la piel o la nacionalidad si es importante cuando uno se enferma de Ebola en Estados Unidos.

 



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