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J. Jaime Hernández Agenda Washington

J. Jaime Hernández| El Universal
07:35WASHINGTON | Lunes 21 de julio de 2014
El presidente Barack Obama vive una semana complicada

El presidente Barack Obama vive una semana complicada. La tragedia del avionazo en Ucrania, la ofensiva terrestre de Israel en Gaza -con un saldo de víctimas entre la población civil que comienza a pesar en el ánimo de Estados Unidos y la comunidad internacional-, le obligan a redoblar esfuerzos para tratar de desactivar una crisis tanto en la frontera este de Ucrania, como en Gaza.

Por el momento, estas dos crisis han conseguido distraer la atención de la crisis de los niños indocumentados que llegan desde Centroamérica que los republicanos han convertido en piñatas de sus planes a la reelección en las legislativas de noviembre próximo.

En el inicio de esta semana, el comité de apropiaciones de la Cámara de Representantes deberá decidir el monto que autorizarán y las condiciones para liberar los fondos que le permitirán hacer frente a una crisis que ha puesto a prueba la seguridad fronteriza y la autoridad moral de Estados Unidos.

A tenor de las advertencias y propuestas de iniciativa que han lanzado los republicanos, se espera que el comité sugerirá una cifra menor a los 3,700 millones de dólares solicitados por el presidente Obama para sortear la crisis de los niños indocumentados.

Además, se espera que los fondos de emergencia serán vinculados a enmiendas en la ley de 2008 para proteger a las víctimas de tráfico de personas de naciones no contiguas a México. A pesar de la feroz resistencia de los demócratas a realizar esos cambios, por considerar que se vulneraría el debido proceso y se socavarían los derechos humanos de los menores de edad, todo parece indicar que los republicanos no quitaran el dedo del renglón.

La batalla por el futuro de más de 50 mil niños se producirá en medio del ruido que han traído consigo la tragedia en Ucrania y la ofensiva militar del ejército israelí en Gaza. En otras palabras, la atención de los medios en esas dos crisis podrían ser la mejor oportunidad para modificar una ley que hasta ahora ha protegido a miles de menores de edad que huyen de la violencia y a quienes se considera como inmigrantes indocumentados, cuando en realidad son refugiados que intentan escapar de un escenario de muerte y miseria.

La batalla por el futuro de estos niños ha convertido en compañeros de viajes a demócratas como Henry Cuellar y a republicanos como John Cornyn, quienes han deslizado la propuesta para vincular los fondos solicitados por el presidente Obama a los cambios en la "Ley Wilberforce de 2008".

La batalla decisiva por posibles cambios se libará así en esta semana que será crucial, antes del receso legislativo de verano.

Desde otro frente, la administración de Barack Obama comienza a experimentar la pesada carga de apoyar incondicionalmente a su aliado Israel. De dientes para afuera, el presidente y gran parte del poder legislativo han decidido guardarle las espaldas a Israel, un país que cobra un especial poder e influencia en épocas de campaña electoral en Estados Unidos.

 

A nadie se le ocurre criticar a Israel cuando se depende en buena medida de los fondos que canaliza generosamente el lobby judío.

A pesar de ello, no cabe duda que las imágenes de horror, sangre y violencia contra la población civil comienzan a inquietar al gobierno preocupado por el elevado costo ante la opinión publica nacional e internacional.

Con esto en mente, el presidente ha decidido despachar al Secretario de Estado, John Kerry a Egipto, con la esperanza de desactivar ese conflicto desde El Cairo, Egipto. Aunque la mediación de Egipto ha sido poco efectúa ante Hamas, el verdadero interlocutor de Israel y Estados Unidos en Gaza, la administración Obama confía en que la ofensiva militar haya conseguido reblandecer a los jefes militares y políticos de Hamas para regresar a la mesa de negociaciones.

Se espera que Hamas acepte el esquema de negociación que permitió el cese al fuego en noviembre en 2012 en Gaza. Sin embargo, el incumplimiento de esos acuerdos por parte de Egipto, dificultan las negociaciones con Hamas que hoy duda de la credibilidad de aquellos que le engañaron en 2012 con ofertas para permitir la apertura de la frontera de Gaza con Egipto para evitar el trasiego de bienes y dinero hacia una comunidad que desde entonces ha sido condenada a vivir encerrada y aislada del mundo.

 



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