Papa: la Curia está "enferma de poder"
El Papa ayer a su llegada para dar un mensaje a todos los empleados del Vaticano, incluidos elevadoristas, jardineros y porteros, al margen del encuentro que sostuvo con la Curia. (Foto: ALESSANDRO BIANCHI. REUTERS )
Ciudad del Vaticano.— El papa Francisco hizo ayer duros comentarios a la burocracia vaticana. Los principales administradores del Vaticano probablemente esperaban un intercambio de cumplidos en su reunión anual navideña con el Pontífice. Sin embargo, el Papa advirtió a los sacerdotes, obispos y cardenales a cargo de la Curia —la administración central de la Iglesia Católica Romana—, que las intrigas y la codicia los han infectado de un “Alzheimer espiritual”.
En su mensaje a la Curia, el Papa advirtió a sus miembros que deben estar atentos a ese “Alzheimer espiritual, que causa graves daños a la persona”, y hacerse una autocrítica para mejorar su misión, para lo cual les enlistó 15 enfermedades o pecados que deben combatir para poder cumplir cabalmente con su ministerio.
Francisco, el primer Papa no europeo en 1,300 años, ha rechazado muchas de las ceremonias de la administración y dejó bien en claro su determinación de acercar a la jerarquía de la Iglesia a los 1,200 millones de fieles.
Con ese fin, implementó medidas para reformar a la Curia, históricamente dominada por italianos y cuyas luchas de poder y filtraciones fueron señaladas como culpables de la decisión de Benedicto XVI de renunciar.
“La Curia debe mejorar (...) Una Curia que no se autocrítica, que no se pone al día, que no busca mejorar es un cuerpo enfermo”, dijo el Papa.
Además del “Alzheimer espiritual”, habló de quienes se dejaron cautivar por dioses mundanos y el poder, hasta de la “esquizofrenia existencial” de quienes sucumbieron a objetivos superficiales. También incluyó el trabajo excesivo, la fosilización mental, la planificación excesiva, la indiferencia, el oportunismo y el exhibicionismo.
Francisco dijo que algunos en la Curia actuaban como si fueran “inmortales, inmunes e incluso indispensables”, una aparente referencia a los cardenales retirados que continúan en el Vaticano ejerciendo influencia.
Añadió que demasiados de ellos sufrían de “rivalidad y vanagloria”, altos cargos favorecían a sus protegidos y los subordinados adulaban a los jefes para favorecer sus carreras, mientras otros filtraban información falsa a los medios. Los “males de la Curia”, dijo, deben provocar reflexión y arrepentimiento.
También consideró una enfermedad los chismes, que transforman a la persona en “sembradora de cizaña, como satanás. ¡Cuidémonos del terrorismo de los chismes!”, exclamó.
Fuera caras largas. Antes de desearles feliz Navidad, Francisco instó a los administradores del Vaticano a dejar las “caras largas” y ser más alegres, ya que “una buena dosis de humor sano” hace bien. El discurso no fue bien recibido por los cardenales. Pocos aplaudieron y no hubo sonrisas.
El encuentro anual se realiza en momentos tensos para la Curia. Francisco y sus nueve asesores están elaborando planes de reestructurar la Santa Sede para hacerla más eficiente.
En la audiencia con todos los empleados del Vaticano, el Papa pidió perdón por los escándalos que han manchado la imagen de la Santa Sede. Por primera vez el Pontífice dedicó un encuentro especial a todos los trabajadores vaticanos para el intercambio de los saludos navideños, al margen del tradicional saludo a la Curia. “No quiero terminar estas palabras de felicitación sin pedirles perdón por las faltas, mías y de mis colaboradores, y también por algunos escándalos que hacen tanto mal. Perdónenme”, dijo. Con información de agencias