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La diplomacia vaticana, discreta y eficaz

Jorge Gutiérrez| El Universal
Martes 23 de diciembre de 2014
La diplomacia vaticana, discreta y eficaz

La actividad diplomática vaticana, desde siempre muy operativa, se ha intensificado y obtenido otros resultados relevantes. (Foto: ARCHIVO REUTERS, AP Y EFE )

El anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos sorprendió al mundo, tanto como el papel del papa Francisco


Ciudad del Vaticano

A pesar del clamor que causó en todo el mundo la determinante intervención del papa Francisco y su cuerpo diplomático en las negociaciones que hicieron posible la histórica reapertura de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, la verdad es que en el corto pontificado de Francisco la actividad diplomática vaticana, desde siempre muy operativa, se ha intensificado y obtenido otros resultados relevantes.

Lo anterior es consecuencia de la gran atención que pone el Papa en los grandes problemas del mundo y en la misma diplomacia vaticana: “Los nuncios que siguen una vida mundana hacen el ridículo y todos ríen de ellos”, dijo Francisco en junio pasado a los alumnos de la Pontificia Academia de altos estudios dipomáticos. Por eso les pidió “no hacer el ridículo”, porque “podrían volver como párrocos a sus diócesis”.

Dos semanas después, en las jornadas de los representantes pontificios, Francisco instó a los nuncios a “considerar más que importante su trabajo” y “esencial su relación personal con el Obispo de Roma”, porque “ambos somos parte de la diplomacia más allá de las mediaciones de la secretaría de Estado, que siempre nos ayuda”. Fuentes de la Academia de estudios diplomáticos refirieron escuetamente a EL UNIVERSAL que “mantener una relación frecuente y directa con sus representantes en el mundo es el objetivo de Francisco desde que fue elegido”.

El resultado de esta estrecha relación es no sólo el acuerdo Cuba-Estados Unidos, sino también el hecho de que “a ninguna representación latinoamericana haya sorprendido la reciente mediación del Papa”, comentaron a este diario fuentes de la embajada de México ante la Santa Sede.

Lo que sin embargo sí sorprendió, agregó la misma fuente, fue que “las negociaciones se hayan realizado con tanto sigilo y que de las últimas, en Roma, ninguno de los embajadores, salvo los interesados, se hayan enterado”, seguramente porque “la diplomacia trabaja mejor en el sigilo, ya que cuando una negociación se hace pública las presiones terminan por obstaculizarla”. Andrea Tornielli, vaticanista del diario La Stampa y uno de los laicos más cercanos a la Santa Sede, se dijo “muy “sorprendido por no haber tenido ninguna información al respecto”, porque, explicó, “la Secretaría de Estado, contrariamente a su costumbre, mantuvo en el más absoluto secreto las negociaciones por lo delicado del tema”.

En efecto, la labor diplomática vaticana no es siempre secreta. Además de sus llamados en favor de la paz en Ucrania, Siria y en Medio Oriente, el Papa anunció el envío —en agosto pasado— de su representante personal a Irak para ayudar a los prófugos católicos, promovió en el Vaticano la histórica oración por la paz teniendo como acompañantes al entonces mandatario israelí Shimon Peres y a Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, y también medió en febrero pasado en Venezuela.

“El cardenal Pietro Parolin ya era secretario de Estado cuando el gobierno de Caracas y la oposición venezolana, conociendo el prestigio que tiene su diplomacia ante la comunidad internacional, pidieron a la Santa Sede su mediación a fin de hacer más fluido el diálogo entre las partes”, comentó la embajada mexicana.

Iniciativa internacional

Esto es cierto, y aunque el positivo cambio experimentado por la diplomacia vaticana Andrea Tornielli lo atribuye sin duda a Francisco, también al nuevo secretario de Estado, gracias al cual “la Santa Sede ha vuelto a tomar iniciativas importantes a nivel internacional”.

Prueba de lo anterior es la eficacia con la que, bajo la dirección de Parolin, ex nuncio en Caracas, el Vaticano resolvió la crisis venezolana, así como el acercamiento que promueve el mismo secretario con China —por instrucciones del Papa— con el objetivo de proteger a la minoría católica china y, aún más importante, para intentar la reapertura de relaciones vaticanas con esa nación, interrumpidas por Mao Tse Tung.

Los pronunciamientos de Francisco al respecto no faltan. Al mensaje que envió al presidente de este país y el hecho de ser el primer Papa que sobrevoló territorio chino —durante su viaje a Corea—, se unen las negociaciones secretas que llevan a cabo las diplomacias de ambas naciones, promovidas por Francisco, que un diario de Honk Kong, muy cercano al gobierno de Beijing, dio a conocer.

Es más que evidente que la mancuerna Papa-Parolin está funcionando perfectamente, porque Francisco no sólo conoce perfectamente la realidad latinoamericana sino, como dice el diario The New York Times, es el primer Pontífice “que tiene una influencia particular entre los líderes de esa área”.

El cardenal Parolin es, por su parte, un experto en política internacional. Por años fue profesor en la Academia de diplomática vaticana —enseñaba la materia de Historia de la diplomacia vaticana— a más de trabajar por un largo periodo en la Secretaría de Estado —donde en el 2002 se ocupó del dossier chino—, la responsable de las relaciones exteriores de la Santa Sede.

“Parolin se ha encargado de los casos más difíciles de la diplomacia pontificia en los últimos años” y por ello “no sorprende su protagonismo en el acuerdo Estados Unidos-Cuba, cuyas negociaciones pudieron haberse hecho en la OEA, pero las partes prefirieron recurrir, además de de a Canadá, a la siempre eficaz diplomacia vaticana”, recordó la representación mexicana reconociendo la importante contribución diplomática del segundo hombre del Vaticano.



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